El PSG tiene muchos de estos y ansía demostrar que este año también tiene equipo después del fracaso estrepitoso de la pasada temporada, cuando fue eliminado en octavos de final por el Barcelona después de caer 6-1 en el Camp Nou y tirar a la basura el 4-0 a favor de la ida.
La estrella de aquel encuentro fue Neymar, quien a la postre firmaría su última gran noche como azulgrana. Meses después sería repudiado por los hinchas del Barcelona, cuando el PSG pagó los 222 millones de euros de su claúsula para llevárselo a París.
El brasileño es un adicto a los rumores y a las especulaciones. Con tan pocos meses en el PSG, la prensa continúa especulando con su futuro y las preguntas sobre el Real Madrid son incesantes. Y él nunca desmiente. Parece encantado.
“Sería bueno que venga al Real Madrid. En mi opinión los grandes jugadores tienen que jugar en el Real Madrid y creo que Neymar algún día jugará en el Real Madrid”, dijo la pasada semana el lateral blanco Marcelo, compañero de Neymar en la selección.
Más atrás queda ese viejo deseo que fue Mbappé. Era la ambición de su presidente, Florentino Pérez, y se dice que estaba todo acordado para su fichaje. Pero una vez que se pone en funcionamiento la máquina de hacer billetes del PSG, nadie puede competir. Se lo llevó el conjunto francés en una operación poco clara y envuelta en el curioso nombre de “cesión con obligación de compra de 180 millones de euros al final de temporada”. Ingeniería financiera, se llama.
Y todavía más lejano en el tiempo es la figura de Di María, quien se marchó del Real Madrid en lo más alto y nunca volvió a recuperar la grandeza de antaño.
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El argentino fue una de las estrellas del Real Madrid que conquistó la Liga de Campeones en 2014. Pidió mucho dinero para seguir, su mujer atacó a Pérez en las redes sociales y el jugador acabó saliendo al Manchester United por más de 75 millones de euros. Pasó un año malo y en 2015 se fue al PSG.
Nunca volvió a ser tan influyente como en su última etapa en el Real Madrid, aunque su actual buen momento de forma le permite soñar con la titularidad en el Santiago Bernabéu, algo que no parecía demasiado factible hace unas semanas. Pocos jugadores habría más motivados que él sobre el campo, eso es indudable.
“Lo darán todo para ganar en su campo, ante su público. No será un partido fácil. Pero nosotros somos más fuertes que el año pasado”, avisa.