El gol llegó con la clásica arrancada de Messi en el centro del campo en el minuto 30. El argentino cedió al hueco para Neymar quien, tras un rebote en el área pequeña, coloca con habilidad en la esquina, fuera del alcance de De Gea.
Pese a los rumores sobre su posible marcha al PSG, el brasileño reiteró su olfato de gol, después de marcar los dos goles del triunfo ante la Juventus el fin de semana pasado.
Poco después, en el 40, el uruguayo Suárez conectó una chilena acrobática, respondida con una no menos espectacular parada de nuevo por el portero español del Manchester.
En el conjunto inglés, solo Paul Pogba y Marcus Rashford mostraron algún destello en la primera mitad, aprovechando sus potentes zancadas, pero sin efectividad.
Les comparto mi relato del gol de @neymarjr con el que el @FCBarcelona venció 1 a 0 al @ManUtd en la #InternationalChampionsCup #Neymar pic.twitter.com/ONHdLlb9Nm
— El Pocho (@arieltdfok) 27 de julio de 2017
En la segunda parte, Valverde cambió todo el equipo, excepto al portero Cilessen, mientras que José Mourinho mantuvo la estructura básica, lo que equilibró algo el duelo.
El Manchester se desperezó, y Barcelona se agazapó a la espera de los contragolpes, orquestados por Andrés Iniesta.
Martial tuvo una buena oportunidad en el minuto 60, con un disparo con mucha intención que se fue ligeramente alto.
Por su parte, Alcácer estuvo a punto lograr el segundo para el equipo catalán con un mano a mano con Sergio Moreno, que resolvió con calidad el portero argentino del Manchester.
Como respuesta, Pereira y Pogba probaron fortuna desde lejos con sendos disparos que no lograron diana.
En el tiempo de descuento, Rashford tuvo el empate cuando se quedó solo en la frontal del área pero envió el esférico a las nubes.
El campo, donde tradicionalmente juega el equipo fútbol americano Washington Redskins, mostró un aspecto imponente con el cartel de no hay entradas y más de 80.000 espectadores, que no pararon de cantar y arengar a las escuadras pese al flojo partido.
La mayoría de ellos seguidores del Barcelona, procedentes de la voluminosa comunidad latina del área de Washington.
La pasión por el fútbol en la capital quedó patente con el colapso del tráfico en los accesos al estadio, que obligó a muchos de los espectadores a caminar varios kilómetros para no perderse el partido.