El suceso tuvo lugar el 28 de octubre, en un partido de la primera división turca entre el Trabzonspor y el Gaziantepspor.
El presidente del club anfitrión, Ibrahim Haciosmanoglu, llamó por teléfono desde Estambul para ordenar que no se permitiera salir al árbitro, agatay Sahan, medida que anunció incluso en una televisión en directo.
Sólo cuatro horas después, el directivo se avino a liberar al colegiado.
Ahora, la TFF ha impuesto 280 días de inhabilitación a Haciosmanoglu, 480 días a otros dos altos cargos, y periodos de un año a otros seis directivos, junto a una multa de algo más de 670.000 euros).
La mayor pena de inhabilitación, de año y medio, le cae al propio vicepresidente de la Federación, Ibrahim Usta, que también participó en una agresión verbal contra el árbitro, según la comisión disciplinaria.