Esta solicitud “representa el primer paso oficial” de los dos clubes, que planean un nuevo estadio “con unas 60 mil plazas sentadas”, en una zona adyacente al lugar que ocupa el actual estadio.
El proyecto contempla “inversiones privadas de más de 1.200 millones de euros”, precisaron ambos clubes, subrayando que su construcción es “esencial para llevar al futbol de Milán a la élite del fútbol europeo y mundial”.
El Milan, que se clasificó en el pasado curso para la Europa League, fue excluido de las competiciones europeas de la temporada 2019-2020 por no respetar las normas del ‘fair play’ financiero.
El club ‘rossonero’, quinto de la última Serie A, no respetó el equilibrio financiero que exige la Uefa entre los tres últimos ejercicios.
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El Inter de Milán, por su parte, fue cuarto en la última liga italiana y jugará en la nueva temporada la Liga de Campeones.
Ambos clubes planean también la construcción de una zona de ocio “que sea un lugar de reunión capaz de acoger a ciudadanos, hinchas y turistas, 365 días al año y que dé trabajo a más de 3 mil 500 personas”.
Una vez que el gobierno municipal dé su visto bueno, el Milan y el Inter recurrirán “a los mejores arquitectos internacionales especializados en infraestructuras deportivas”.
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