Los jugadores dirigidos por Louis Van Gaal buscarán el primer título de Copa para el club en Wembley desde 1999, último ganado en 2004, en el que sería su 12º trofeo, alcanzando al Arsenal en el palmarés.
“Es fantástico cuando ves la alegría en los ojos de los jugadores. Pienso que merecemos estar en la final, pienso también en el árbitro, que ha cambiado el partido, el Everton pudo regresar gracias a todas las faltas pitadas a su favor. Hoy los árbitros deciden más los partidos que los jugadores”, señaló Van Gaal.
“Es difícil de encajar, después de 90 minutos al menos merecíamos la prórroga. Peleamos mucho y el equipo fue muy solidario” , dijo el técnico del Everton, el español Roberto Martínez.
Este sábado el United se adelantó en el minuto 34 con un gol entrando al primer palo del belga Marouane Fellaini, excentrocampista del Everton, a pase de Martial.
Ya en la recta final, el defensa Chris Smalling hizo el empate en propia puerta (75). Finalmente (90+2) Martial, brillante durante todo el encuentro, marcó el tanto del triunfo y del pase a la final.
Antes, el Everton dejó la posesión de balón al United y creó peligro a la contra, pero el arquero español David De Gea se mostró intratable.
Los Toffees, que no habían encajado goles en la Copa esta temporada, pagaron el desacierto de su estrella, el ariete belga Romelu Lukaku, que desperdició un puñado de ocasiones ante De Gea, incluido un penal (56).
Lukaku llegaba a Wembley después de haber marcado seis goles en los cinco primeros partidos de esta competición.
Eliminados 6 veces de 11 ante el Everton, y en sus dos últimas semifinales, los Red Devils lograron la revancha, en una temporada por debajo de lo esperado, en la que la clasificación para la Champions se antoja muy difícil (5º en la Premier League).
Tras caer el miércoles ante el Liverpool en el derbi (4-0), el Everton, cuyo quinto y último título de la FA Cup fue en 1995, sufre otro duro golpe.
El equipo dirigido por Roberto Martínez intentará mantener la cabeza alta en un último mes de competición en el que prácticamente no se juega nada.
