La semana que viene se jugará la ida de las otras cuatro eliminatorias, Barcelona-Chelsea, Manchester United-Sevilla, Bayern Múnich-Besiktas y Shakhtar Donetsk-Roma. Los encuentros de vuelta se celebrarán los días 6/7 y 13/14 de marzo.
En las últimas 20 ediciones de la Champions solo un título fue a parar a las vitrinas de un club que nunca había ganado el torneo. Fue el Chelsea, en 2012, un equipo que despegó tras ser adquirido en 2003 por el magnate ruso Roman Abramovich. Cientos de millones y una década después, llegó el ansiado título europeo.
El PSG y el City tienen el mismo objetivo, pero limitando el tiempo de espera. Un grupo inversor de Abu Dabi compró el equipo inglés en 2009 y dos años después fue el fondo soberano de Qatar el que se hizo con las riendas del conjunto francés. Desde entonces, movieron montañas de dinero en fichajes y tuvieron cierto éxito en el ámbito local.
La Champions, sin embargo, es su gran asignatura pendiente, el título que podría justificar el hecho de pagar €222 millones por un futbolista, como hizo el PSG con Neymar poco antes de comprometerse a pagar 180 por Kylian Mbappé.
“Somos mejores que el año pasado. Tenemos grandes ambiciones y podemos conseguirlas”, avisó el argentino Ángel di María antes de visitar el miércoles el Santiago Bernabéu. “Pero sabemos que para ganar la Champions League no se necesita sólo talento, sino también un poco de suerte”.
La eliminatoria entre el Real Madrid y el PSG dejará a uno de los grandes favoritos en la lona. Y es que ambos llegan tremendamente exigidos: los blancos, porque Europa es lo único que les queda esta temporada, y los parisinos, porque no consiguen superar los cuartos de final. El año pasado cayeron incluso en octavos tras desperdiciar un 4-0 ante el Barcelona. Otra derrota en la primera ronda del KO sería un golpe tremendo para sus aspiraciones.
Sobre el césped del Santiago Bernabéu habrá una constelación de estrellas: Cristiano Ronaldo, Gareth Bale, Luka Modric o Sergio Ramos por el lado de los locales y Neymar, Mbappé, Di María o Edinson Cavani en el cuadro visitante. Puro gol.
Mucho más fácil lo tiene, a priori, el otro nuevo rico. El City de Josep Guardiola, que el año pasado cayó en octavos con el Mónaco, se medriá al Basilea en la eliminatoria más desigualada sobre el papel.
Con media Premier League en el bolsillo -16 puntos sobre el segundo-, Guardiola puede centrarse sin distracciones en la Champions, una competición que ya ganó dos veces con el Barcelona.
“Llegamos bien, pero sabemos que es una competición diferente. Totalmente diferente”, advirtió el técnico. “Se trata de controlar los malos momentos y las emociones. El año pasado marcamos seis goles en octavos y fuimos eliminados”.
Los ocho clasificados jugarán los cuartos a principios de abril. La final será el 26 de mayo en el Estadio Olímpico de Kiev.