Antes de entrenar en el estadio de Alvalade, los aficionados portugueses se agolpaban junto al Hotel Marriott de la capital lusa, donde está concentrado el equipo de Valverde, para ver pasar a los jugadores del Barcelona.
Todos los focos de los medios de comunicación apuntaban al argentino, que se bajó con decisión del autobús y se dirigió hacia los adeptos para firmar autógrafos y hacerse más de un “selfie” con la intención de agradar a seguidores que lucían la elástica “blaugrana”.
El partido de hoy esconde, además de la victoria que pueda encarrilar el pase a la siguiente ronda tras la fase de grupos, una rivalidad de dos gigantes del fútbol, a pesar de que Ronaldo no pisará el césped del club de su corazón.
En el horizonte, la cita del 23 de octubre en Londres, donde la FIFA hará público el jugador “The Best”, que saldrá de la terna de Ronaldo, Messi o Neymar.
Si Ronaldo hacía ayer un doblete ante el Borussia de Dortmund, hoy Messi podrá acortar distancias con el portugués, en la pugna que mantienen por ser el máximo goleador de la historia de esta competición, donde el de Madeira es el líder con 110 dianas frente a las 96 de Messi.
También habrá un duelo de goles marcados en “Champions” durante esta temporada ya que, a las primeras de cambio, Ronaldo lleva 4 goles en dos partidos, frente a los dos que anotó “la pulga” en el primer encuentro.
Además, otro de los alicientes mediáticos será el de ver si Jorge Jesus decide apostar por un marcaje férreo al hombre para secar a Leo Messi en el estadio Alvalade, como el que puso de moda el Girona en la pasada jornada de liga y que ha dado mucho que hablar en los últimos días.
Jorge Jesus, que se mostró en rueda de prensa admirador del sistema de juego que fraguó Johan Cruyff con el “Dream Team”, dejó claro que Messi está más agusto con una defensa en zona que con un marcaje individual, por lo que podría ser un compatriota de Leonel, el centrocampista Battaglia, quien protagonice el papel de “ultra defensor”.
Y otro de los alicientes del partido, el que destapó ayer el joven lateral portugués que el Barcelona compró este verano al Benfica, Nélson Semedo, quien reconoció que, a pesar de que con 16 años estuvo a punto de fichar por el Sporting, “felizmente no logré quedarme”, por lo que pasados unos meses fichó por el Benfica, el eterno rival de los leones.