Desde 2015, Cataluña, la región en el noreste de España donde está Barcelona, está gobernada por partidos separatistas que el pasado octubre incluso declararon una república independiente que no pudieron aplicar.
La liga de futbol y las autoridades deportivas del país advirtieron en varias ocasiones que una secesión de esta región impediría a los clubes catalanes participar en las competiciones españolas.
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Si el Barsa no consiguiera jugar en la liga española, y tampoco pudiese negociar una incorporación a las otras grandes competiciones europeas (Francia, Italia, Alemania o Inglaterra), Messi podría abandonar el club sin tener que pagar su cláusula de rescisión de 700 millones de euros, afirma este periódico.
El Mundo señala que lo mismo ocurriría con el resto de jugadores de la plantilla porque el hecho de quedarse fuera de la liga española supondría una alteración sustancial del contrato firmado con el Barsa.