Una larga ausencia por lesión fue su último paso hacia el alcoholismo, con el que convivió mientras era una de las mayores figuras del futbol inglés.
uatro veces campeón de Liga (1989, 1991, 1998, 2002); Adams, que estuvo en prisión por conducción peligrosa, reconoció que llegó a jugar borracho para el Arsenal. Peleó 12 años hasta vencer a sus demonios.
El antiguo defensa central considera que el alcohol ha dejado paso a las apuestas en línea entre los principales peligros de los jugadores profesionales.
“Los problemas adictivos se presentan de diferente forma. Ahora está internet y las apuestas son enormes”, señala el antiguo capitán de la selección inglesa.
“Pienso que el 70% de nuestros pacientes son adictos a las apuestas. Hay un gran cambio, de la bebida a las apuestas”, añadió Adams, también director deportivo del FC Qabala, un club de Azerbaiyán.
Un ejemplo lo representa Matthew Etherington, antiguo extremo del West Ham y el Stoke, que reconoce haber perdido 1,5 millones de libras (2 millones de euros) en apuestas de galgos, caballos y juegos de cartas.
Paul Merson, antiguo compañero de Adams en los Gunners, dijo que había invertido 30.000 libras (41.000 euros) apostando por un único partido de futbol en la década de los 90.
Michael Chopra, antiguo delantero del Newcastle y del Sunderland, también está entre los deportistas que han acudido a la clínica Sporting Chance. En su caso también reconoce haber apostado unas 30.000 libras junto con otros jugadores en el autobús del equipo.
Un colectivo de riesgo
El fenómeno es de tal envergadura que el sindicato de jugadores, la Asociación de Futbolistas Profesionales (PFA) , se ha convertido en el principal apoyo financiero de la clínica.
Fundada en el año 2000 en Hampshire, al sudoeste de Londres, Sporting Chance se ha ganado el reconocimiento mundial por ayudar a los deportistas a luchar contra los comportamientos destructivos.
Pero según su director Colin Bland, demasiados entrenadores no toman siempre en cuenta los problemas mentales a la hora de decidir si un jugador está capacitado para jugar.
“Aunque alguien pueda estar de pie y caminar, puede sufrir un problema depresivo agudo o una enfermedad mental” , explica Bland.
Según el director de Sporting Chance, el 85% de los clientes son futbolistas, pero también hay boxeadores o jugadores de dardos afectados, como de rugby a XIII, modalidad muy popular en Inglaterra.
La organización está debatiendo la creación de una filial en Australia, donde el alcohol y el rugby a XIII suelen ir de la mano.
“Hay muchos chicos en el futbol y en el rugby de alto nivel que hicieron tratamiento y que utilizan herramientas de Sporting Chance para mantenerse alejados de las sustancias, las apuestas y del alcohol”, señala Bland.
“Algunas veces los clubes contactan con la clínica porque tienen un caso problemático y no saben cómo iniciar la conversación”, añade.
“Hay numerosos jugadores jóvenes que intentan conseguir un lugar en el deporte y están ansiosos, temerosos por parecer débiles en el equipo, o no ser seleccionados”, analiza sobre la vulnerabilidad de los deportistas frente a las adicciones.