La Liga ha suspendido el partido de vuelta entre Marathón y Real España que estaba previsto para el sábado, lo mismo que los 19 minutos que le restaban al juego del miércoles, que terminó en violencia luego de que el árbitro central, Armando Castro, sancionara un polémico penalti contra el Marathón.
Además, se suspendieron los partidos de ida, de hoy, y el de vuelta, el domingo, entre Olimpia y Motagua en el Estadio Nacional de Tegucigalpa, indicó Pascua.
Añadió que todos los juegos quedan suspendidos hasta que la Secretaría de Seguridad “garantice protección y seguridad” para los jugadores, cuerpo técnico, directivos y los aficionados.
📝📌 COMUNICADO
➡️ Se suspenden los dos partidos de la Semifinal que enfrentáremos al Olimpia, se jugará hasta un nuevo aviso de la Liga Nacional de Honduras. pic.twitter.com/YRHUJEqbrp
— Fútbol Club Motagua (@MOTAGUAcom) December 14, 2017
Sobre el clásico nacional que se jugaría hoy entre Olimpia y Motagua, ambos de la capital, subrayó que según lo explicado por autoridades de la Secretaría de Seguridad, “no se dan las condiciones requeridas” de protección por lo ocurrido el miércoles.
Pascua lamentó los daños sufridos por aficionados, jugadores y otras personas, por el gas lacrimógeno lanzado por elementos de la Policía para dispersar a los seguidores del Marathón, quienes fueron los primeros en introducirse a la cancha, y los del Real España.
La suspensión de los juegos también se tomó “a raíz de que hay información de que un grupo de hondureños pueda utilizar los espectáculos deportivos para actos como el de ayer”, dijo Pascua, en alusión tácita a un paro nacional convocado para mañana por sectores populares que protestan por un presunto “fraude” en las elecciones generales del 26 de noviembre.
Por el paro de mañana la Liga ha pasado para el lunes una reunión con los directivos de los diez equipos de la primera división para reprogramar el torneo Clausura, que en principio está anunciado que inicie el 13 de enero de 2018.
Pascua reiteró que “no hay fecha” para los juegos suspendidos y que haya nuevo campeón, pero que se celebrarán cuando la Secretaría de Seguridad pueda garantizar protección a todos los protagonistas.
Lo ocurrido el miércoles durante el partido nocturno entre el Real España y Marathón no solamente desnudó la inseguridad en las gradas del Estadio Francisco Morazán, donde los portones de alambre, con un pequeño candado, fueron abiertos sin mayor dificultad por los aficionados de ambos clubes.
Los seguidores del Marathón estaban en la grada sur, atrás de la portería, ambas separadas por una franja de unos tres metros, entre un poco de grama y piedras, las que le sirvieron a la turba para comenzar a lanzarlas hacia el punto donde estaban los árbitros.
Los aficionados del Real España ocupaban la grada este, donde también violentaron otro portón y salieron en carrera con la idea de enfrentarse contra los del Marathón, lo que al final no ocurrió por la intervención de policías lanzando bombas lacrimógenas.
Además quedó en evidencia la acción tardía de los policías, que no ignoraban lo que ocurría en la grada de los aficionados del Marathón, mientras sus jugadores le reclamaban airadamente al árbitro por el penalti dudoso sancionado al minuto 71, cuando el Real España, que había hecho un mejor juego, ganaba por 2-0.
No es la primera vez que un fallo arbitral o el odio entre aficionados de equipos del futbol organizados en “barras”, termina con incidentes violentos, algunas veces incluso con muertos.
El miércoles, también quedó de nuevo en evidencia la intolerancia entre muchos hondureños, que además en estos días están viviendo una tensa crisis política por un presunto “fraude” en las elecciones generales del 26 de noviembre, denunciado por el candidato de la Alianza de Oposición contra la Dictadura, Salvador Nasralla.
Hace dos semanas, manifestaciones violentas en defensa del “triunfo” que reclama Nasralla, algunas con vandalismo, dejaron al menos catorce muertos, decenas de negocios incendiados y otros graves daños materiales en obras públicas y privadas.