Se inventó el argentino un pase en profundidad, medido al desmarque de Chiesa para que éste cediera en bandeja de plata el tanto al ariete serbio, que en el minuto doce inauguró su cuenta goleadora en esta competición.
A Di María hace ya casi dos meses que le da igual la competición que juegue, siempre quiere marcar el tempo. Y siempre lo ha logrado. Como si llevara en la ‘Juve’ toda su carrera. Se ha ganado el respeto absoluto de la afición y ha cogido los galones de un equipo zarandeado en este último periodo por una sanción que ha hecho mella.
Pero el campeón del mundo se ha propuesto obrar la gesta con la Juve e intentar hasta el final devolverla a la Liga de Campeones. Pero el conjunto que dirige Massimilino Allegri volvió a gestionar mal el partido.
No es por falta de futbol. Con Danilo y Bremer atrás sosteniendo la zaga y buen criterio en salida de balón; con Paredes y Rabiot apuntalando el centro del campo; con Chiesa y Valhovic arriba; y con Di María de todo campista, la ‘Juve’ maniató al Nantes. El problema, como viene siendo habitual, llegó tras el gol a favor.
Y es que volvió a ceder el mando a su rival sin una razón aparente. A dejarse llevar, dejar pasar los minutos como si nada fuera pasar. La ‘Juve’ volvió a ser débil, y el Nantes, que marcha décimo tercero en la liga francesa, no lo desaprovechó.
Montó el conjunto francés una contra de manual que, favorecida por el inoportuno resbalón de Bremer, terminó con el empate de Blas en el minuto 60. En el único tiro a puerta del Nantes llegó un tanto que fue una bofetada directa a los jugadores.
Volvieron a desquitarse de la temporal apatía, recuperaron la personalidad y el acierto. Volvieron a desplegar buen fútbol, a generar ocasiones, a ser incisivos. Hasta tres veces se encontró el conjunto turinés con la madera.
Dos por parte de Chiesa, en un mismo disparo en el que el balón no cruzó la línea al completo. Y uno por parte de Di María, que a punto estuvo de rubricar un gol olímpico. También Danilo rozó el segundo en los minutos finales, pero su remate se marchó ligeramente alto.
El partido se encaminaba al empate tras la encomiable resistencia francesa pero, en el último intento por decantar la balanza, Bremer remató en el área pequeña un balón que no entró por una mano de la zaga del Nantes. El VAR avisó al árbitro, que valoró que en la jugada había falta previa al remate del central brasileño.
Aguantó el Nantes la reacción de un Juventus que volvió a llegar tarde y que se jugará en Francia su presencia en los octavos de final de la