“Mantenemos esta proposición en la agenda del congreso para la discusión abierta y sincera entre. Las asociaciones miembros de la Fifa y no habrá compromiso sobre la libertad de nuestros atletas y responsables o de los equipamientos destinados al futbol palestino”, dijo el presidente de la Federación palestina Jibril Rajoub durante una rueda de prensa al lado del presidente Blatter en al-Bireh, cerca de Ramala.
La Federación palestina de futbol acusa a su homóloga israelí no solamente de guardar silencio sobre las restricciones impuestas por las autoridades israelíes a los futbolistas y a los demás palestinos, sino de ser cómplices. Decidió someter a voto en el congreso de la FIFA, que se reúne el 29 de mayo, una petición de suspensión a la federación israelí.
El presidente de la Fifa comenzó el martes un viaje a Israel y a los Territorios palestinos para dirigir lo que él mismo llamó una misión de paz y convencer a los palestinos de que renunciarán a hacer esa petición, que el propio Blatter desaprueba.
Antes de que se realice el partido entre Palestina e Israel, la Federación Palestina solicita que Israel tiene que levantar las restricciones impuestas sobre el futbol palestino.
Se reunió el martes con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y este miércoles con el presidente palestino Mahmud Abas. Netanyahu dio a entender el martes que Israel haría propuestas para facilitar la vida al futbol palestino.
Blatter, por su parte, evocó la posibilidad de un histórico Israel-Palestina que se disputaría en Zúrich, y al que Netanyahu se mostró favorable, según el máximo dirigente.
“Planteó ayer una bonita idea”, dijo el jefe de la Federación palestina Jibril Rajoub, al lado de Blatter. “Es una idea que me gusta y apoyo, y me gustaría poder hacerlo en el día de mañana. Pero, hay que preparar el terreno para ello, preparar el ambiente y entonces podrá suceder finalmente el partido”.
Entre los distintos problemas que denuncian los palestinos están los que tienen sus jugadores para desplazarse o los de otros países árabes para jugar en su territorio, el racismo contra ellos en el futbol israelí o el hecho de que Israel acepte en su liga a equipos de cinco colonias judías en territorio ocupado.