Blatter, de 81 años, presidía la Fifa desde 1998 y renunció al cargo en junio de 2015, días después de ser reelegido para el cargo, en mitad del escándalo de corrupción conocido como “FIFAGate”.
En octubre de ese año fue inhabilitado por la Comisión de Ética de la Fifa de forma temporal durante 90 días y después durante ocho años, sanción que el Comité de Apelación le redujo luego a seis años.
El motivo para sancionar a Blatter fue que autorizó en febrero de 2011 un pago de dos millones de francos suizos (1,8 millones de euros) a Michel Platini por trabajos realizados años antes, según un acuerdo firmado por ambos el 25 de agosto de 1999.
Para el órgano disciplinario de la Fifa, el acuerdo no tenía base legal y tanto Blatter como Platini fueron inhabilitados durante ocho años, castigo que luego les fue reducido a los dos a seis años en Apelación, pese a que la Comisión de Ética llegó a pedir su suspensión a perpetuidad.
Platini, que presidió la Uefa desde 2007 hasta su inhabilitación en 2016, logró después ese mismo año que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) redujera su sanción a cuatro años.
Blatter solo pidió al TAS la anulación de su castigo y no una reducción, pero no lo consiguió, ya que el tribunal entendió, en diciembre de 2016, que el mismo no era desproporcionado.
Hace una semana Platini confirmó que ha presentado un recurso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) contra su suspensión de toda actividad ligada al fútbol. “Es una cuestión de honor”, dijo el excapitán de la selección francesa y triple ganador del Balón de Oro, que no pudo optar a la presidencia de la Fifa en 2016 por esta sanción.