“No los queremos, no somos su selección y ellos no son nuestros aficionados”, prosiguió Löw.
“Habida cuenta de nuestra historia, es muy importante que representemos dignamente a nuestro país y sus valores de tolerancia, respeto y apertura al mundo”, añadió.
Totalmente fuera de lugar
Un grupo de hinchas alemanes molestaron durante la ceremonia de los himnos antes del partido y luego durante un minuto de silencio, que tenía lugar en memoria de dirigentes del fútbol checo, y profirieron proclamas nazis.
Durante el partido insultaron especialmente al joven Timo Werner, de 21 años, que ya es objeto habitualmente de cánticos similares por ultras hostiles al RB Leipzig, el equipo propiedad de la empresa Red Bull, y que la temporada pasada simuló un penal.
“Ese comportamiento de algunos aficionados es indigno”, lanzó Löw. “Timo cometió un error y lo reconoció (…) apelo ahora a que el público lo trate por completo como un jugador de la selección”, concluyó.