Sin los lesionados Andrea Pirlo y sin Lorenzo Insigne, damnificados en uno de los entrenamientos de esta semana, y sin el sancionado Daniele De Rossi, Conte no pudo contar con tres jugadores clave en su esquema para afrontar el que podía ser el último partido en el que Italia se iba a jugar algo.
Sustitutos
Conte utilizó a Marco Parolo y a Candreva como recambios de Pirlo y De Rossi e Italia no tuvo problemas para dominar todo el partido. Apenas concedió un respiro a Azerbaiyán, que solo con un fallo de Giorgio Chiellini pudo celebrar algo a lo largo de los 90 minutos.
Pero antes de ese error, Éder Martins hizo en el minuto 11 el primer tanto del duelo tras aprovechar una buena asistencia de Marco Verratti. El delantero brasileño nacionalizado italiano aprovechó muy bien el pase de su compañero para batir en un mano a mano a Kamram Agayev.
Entonces, Italia se relajó durante unos minutos. Con el 0-1, ya tenía todo hecho, se confío, atrasó sus líneas y comenzó a especular con el resultado. Posteriormente, aprendería de ese fallo y, tras el tanto del empate, obra de Dimitrij Nazarov tras dos errores consecutivos de Chiellini y de Leonardo Bonucci, nunca más volvió a jugar con el marcador.