De la mano de Franz Beckenbauer, como presidente del Comité Organizador, Alemania puso en marcha toda su maquinaria para que el Mundial tuviera el éxito esperado.
El resultado fue el esperado, ya que a la Copa del Mundo organizado en el país teutón acudieron 3,359,654 millones de personas. Un promedio de 52,491 espectadores por partido.
La mascota del torneo fue Goleo VI, un muñeco de un león vestido con la camiseta blanca de la selección alemana acompañado por Pillie, una pelota parlante. El hecho curioso se dio que la empresa que tenía los derechos quebró por la poca cantidad de ventas.
Lucha de titanes
Las grandes potencias se perfilaron desde el inicio del torneo como favoritos para ganar el certamen. Sin embargo, contra todos los pronósticos, en ese duelo de titanes se metió la sorprendente Portugal, que llegó a las semifinales y compitió por un boleto a la final.
El torneo presentó una de las tasas de goles más bajas en la historia y rompió el récord del Mundial con mayor número de tarjetas amarillas y rojas.
Después de duras batallas Alemania finalizó en el tercer lugar y Portugal fue cuarto; mientras que todo estaba listo para la final entre Italia y Francia. Dos estilos distintos, que ya habían saboreado las mieles de ser campeón del mundo.
La final fue muy cerrada, y en el tiempo reglamentario el partido finalizó empatado 1-1, con anotaciones Marco Materazzi y Zinedine Zidane.
Ese partido pasó la historia por la polémica expulsión de Zidane luego de propinarle un cabezazo a Materazzi. El francés perdió la cabeza y se fue a los camerinos antes de que finalizara el partido al ser expulsado.
El tiempo reglamentario finalizó y llegaron la tensa tanda de penaltis para conocer al campeón.
Los italianos, serenos, como su personalidad a la hora de jugar, no fallaron. Pirlo, Materazzi, De Rossi, Del Piero y Grosso marcaron; mientras que por Francia Wiltord anotó, pero el segundo tiro lo falló David Trezeguet. Abidal y Sagnol anotaron el tercero y cuarto, pero todo estaba decidido e Italia se consagró Campeón del Mundo en el 2006.
En esa edición del Mundial el Botín de Oro fue para el alemán Miroslav Klose, quien marcó 5 tantos; mientras que el Balón de Oro se lo llevó Zinedine Zidane, a pesar de su polémica expulsión.