Se espera que estos tres vecinos norteamericanos se postulen para 2026, incluso compitiendo entre sí, ya que la región dela CONCACAF es la favorita para albergar su primer Mundial desde 1994 en Estados Unidos. En esa ocasión, el torneo tuvo 24 selecciones.
En su campaña a la presidencia, Infantino respaldó la ampliación de la competencia y que toda una región acogiese el torneo.
“Estos dos temas estarán sin duda sobre la mesa de discusión” cuando el Consejo de la FIFA se reúna el 13 y 14 de octubre en Zúrich, dijo Infantino.
Preguntado sobre un posible proyecto Estados Unidos-Canadá-México para 2026, el ex secretario general de la UEFA recordó que esta organización resolvió realizar la Eurocopa 2020 en 13 países.
“Yo diría que no hay límites a lo que sea bueno para el fútbol”, dijo Infantino al margen de una reunión de clubes europeos. “Veremos, pero es verdad que la CONCACAF hace mucho tiempo que no tiene el Mundial”.
El reglamento actual de la FIFA prohíbe que una misma confederación tenga mundiales consecutivos, lo que descarta la posibilidad de un anfitrión asiático para 2026 después que Catar realice el torneo de 2022. Rusia realizará el torneo de 2018.
Las federaciones miembro de la FIFA elegirán la sede del Mundial 2026 en 2020, a partir de una lista elaborada por el consejo rector.
“Por el momento creo que todo está abierto”, dijo Infantino. “Mi opinión sobre los 40 equipos no ha cambiado”.
Cuando presidía la UEFA, Infantino supervisó la ampliación de la Euro de los anteriores 16 equipos a 24.
“Los vimos en la Euro en Francia con ocho equipos más, el entusiasmo que despertó en muchos países”, dijo. “Debemos comprender que esta clase de eventos son más que una competencia, son verdaderos eventos sociales en el mundo entero”.
El próximo mes en Zúrich, Infantino dirigirá por primera vez una reunión del Consejo de la FIFA con los 36 miembros elegidos por las seis confederaciones continentales.
Dos miembros europeos del Consejo están bajo la lupa del comité de ética de la FIFA.
El alemán Wolfgang Niersbach no podrá acudir a Zúrich mientras cumple con una sanción de un año, impuesta por no reportar sospechas de conducta inapropiada entre los organizadores del Mundial de 2006, mientras que el ministro ruso de deportes, Vitaly Mutko, está involucrado en una pesquisa sobre una trama para ocultar caso de dopaje.