Wesley Sneijder, Robin Van Persie o Klaas-Jan Huntelaar superan la treintena y ante la República Checa fueron la vieja guardia visible de un equipo que echó de menos a su cuarto gran elemento, Arjen Robben, que, lesionado, no pudo acudir a la cita.
Ninguno de ellos estará en Francia, un país en el que Holanda parece no querer jugar la Eurocopa. Allí se jugaron las ediciones de 1960 y 1984 y en ninguna de ellas participó. Tampoco lo hará en la de 2016 para cerrar el ciclo de un anfitrión gafe para la “oranje” .
Su fatal destino parecía escrito. Después de perder y de empatar contra Turquía (3-0 y 1-1) , y de ceder otras tres derrotas frente a Islandia (0-1 y 2-0) y contra los checos (2-1) , en la última jornada Holanda solo tenía la triste posibilidad de alcanzar la repesca. Era su única opción. Ni siquiera el segundo puesto.
Holanda se perderá la Euro por primera vez desde 1984.
Esa ilusión no se concretó en nada. La República Checa, ya clasificada, sacó los colores a Holanda, que apenas tuvo diez minutos de inspiración, los primeros, en los que por lo menos fue a por la victoria con muchas ganas. Aunque necesitaba una derrota de Turquía ante Islandia, en esos instantes iniciales sacó a relucir su orgullo para lograr tres puntos vitales.
Ese dominio se concretó con una ocasión clara de Anwar El Ghazi, que falló delante de la portería de Petr Cech. Un gol en los primeros instantes podría haber cambiado la historia del duelo, pero no fue así.
Los checos, sin presión alguna, sacaron la apisonadora y poco a poco acorralaron a su rival hasta marcharse 0-2 al descanso con los goles de Pavel Kaderabek y Josef Sural, que dejaron en evidencia a una defensa timorata.
Por lo menos, la expulsión con roja directa al borde del descanso de Marek Suchy ilusionó a los holandeses, que ya antes del minuto 45 contaron con Van Persie, que inició el duelo junto a los suplentes. Con su salida al terreno de juego, Holanda apostó por todo su arsenal.
La noche no estaba diseñada para heroicidades, sino para todo lo contrario. Van Persie, que saltó al campo para remontar el partido, se marcó en propia meta el tercero de la República Checa. Fue la culminación de una tragedia que Huntelaar y el mismo Van Persie, con sus goles postreros, no pudieron evitar. Holanda rozó el ridículo a lo largo de toda la fase de clasificación, se dio un batacazo histórico y no estará en Francia.