De hecho, en uno de esos fallos en la salida del balón el argentino Oscar Trejo estuvo rápido para robarlo y poner un pase al hueco para Radamel Falcao, que se marchó de Gerard Piqué con un recorte hacía dentro antes de lanzar un zurdazo que estrelló el esférico en un poste y se alojó en el fondo de las mallas.
A la segunda fue la vencida para Falcao, que anteriormente probó suerte con un disparo desde la frontal que tocó en Piqué y se marchó rozando un poste.
En esas dos ocasiones, y otra más de Álvaro García justo antes del descanso, se tradujo el dominio del Rayo en la primera mitad, en la que el Barcelona se mostró perdido sobre el césped. Sergio Busquets no pudo poner orden al juego de su equipo, el brasileño Philippe Coutinho no aprovechó la oportunidad de ser titular con ningún destello de su calidad y Sergio ‘Kun’ Agüero, desasistido en ataque, apenas tocó el balón.
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En la segunda parte el Barcelona dio un paso hacía adelante obligado por las necesidades y, por lo menos, los acercamientos se multiplicaron, algunos de ellos con cierto peligro como un disparo cruzado del canterano Nico que se marchó fuera y otro de Agüero que salió alto.
Con ese nuevo escenario, el Rayo tuvo que cambiar su planteamiento y, en vez de arriesgar tanto en ataque, cobraron mayor protagonismo los centrocampistas Oscar Valentín y Santi Comesaña, que tuvieron que poner pausa a juego, y los centrales Alejandro Catena y Esteban Saveljich, que cambiaron el pase corto por los despejes efectivos.
El Barcelona pudo empatar a los 71 minutos, cuando Memphis Depay fue derribado dentro del área por Oscar Valentín y Mateu Lahoz decretó penalti. Fue en ese momento, con los peores presagios sobrevolando Vallecas, cuando irrumpió Stole Dimitrievski, que adivinó el lanzamiento del neerlandés a su lado derecho y lo atrapó en dos tiempos.
Ese fallo no hizo al Barcelona desistir en su empeño por igualar el partido aunque anímicamente acusó el golpe, sobre todo cuando Iraola decidió poner músculo dando entrada al delantero francés Randy Nteka y al centrocampista senegalés Pathé Ciss, dos portentos físicos.
Los minutos finales, con el partido sin dominador, mostraron a un Barcelona atacando a la desesperada, pero adoleciendo de pegada, y a un Rayo defendiendo con todo en su área un marcador que no se movió.