La primera vez que España se metió en semifinales fue en la segunda edición al vencer en dos encuentros a Irlanda, por 5-1 en el Ramón Sánchez Pizjuán de Sevilla y por 2-0 en Dalymount Park de Dublín.
Sendos dobletes de Amancio Amaro y Marcelino Martínez, más una diana de Josep María Fusté, que debutaba, firmaron la victoria en el primer encuentro, y Peru Zaballa, con otras dos dianas, en la vuelta.
Hubo que esperar veinte años para que la selección española volviera a acceder a semifinales, aunque en Francia 1984 el sistema de competición hizo que los dos primeros de cada uno de los dos grupos accedieran a la penúltima ronda.
España, que había empatado ante Rumanía y Portugal a un tanto, se jugaba todo en el último encuentro, en el Parque de los Príncipes de París, ante Alemania Federal y se hizo con el primer puesto del grupo y el pase a semifinales gracias a un tanto de cabeza en el último minuto de Antonio Maceda.
A partir de ahí llegó otra larga travesía por el desierto hasta que la historia cambió en la Eurocopa de Austria/Suiza 2008 bajo la batuta de Luis Aragonés con una tanda de penaltis vibrante tras acabar el partido ante Italia con empate a cero.
Los errores de De Rossi y Di Natale ante Iker Casillas y el tiro final de Cesc Fábregas cambiaron el destino de la Roja, abocada a caer en cuartos en aquella época, y dio inicio a la etapa más brillante de la historia, con dos títulos continentales seguidos y el Mundial de Sudáfrica 2010.
Cuatro años después, en el Donbass Arena de Donetsk, el conjunto que ya dirigía Vicente del Bosque, se desembarazó con autoridad y gran superioridad de Francia (2-0), a la que venció con un doblete de Xabi Alonso.
En todas las ocasiones España, cuando pasó de cuartos, jugó el partido por el título y lo ganó en tres oportunidades, en 1964 ante la URSS (2-1) en el Santiago Bernabéu de Madrid, en Viena en 2008 ante Alemania (1-0) y en Kiev en 2012 ante Italia (4-0). Tan solo perdió ante la anfitriona Francia en 1984 en el Parque de los Príncipes (2-0).