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El Real Madrid mostró la misma imagen de las últimas semanas, la de un equipo sin intensidad y lleno de desatenciones. Una forma de servirle el triunfo en bandeja a cualquier rival, y más si éste es un equipo tan aplicado y serio como el Tottenham.
El conjunto inglés apostó por el mismo esquema que le dio el empate 1-1 en Madrid, con una defensa de cinco flexible, líneas juntas y llegadas por los costados. Suficiente para hacérselo pasar mal a una defensa tan distraída como la blanca, con especial mención para Marcelo.
Por ahí llegó el gol que le dio ventaja al Tottenham. Marcelo cometió uno de sus habituales despistes, Trippier centró en posible fuera de juego y Delle Alli entró por el centro libre de marca para rematar a dos metros de la línea. Un tanto que enseñó todas las fragilidades de la zaga madridista.
Nación…
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— Nación ESPN (@Nacion_ESPN) 1 de noviembre de 2017
El conjunto de Zidane pareció despertar con el gol. No le alcanzó para generar claras ocasiones, pero sí para sumar llegadas. Le ayudó la actitud de Isco, aunque le faltó algo más de sus puntas. Una vez más, no fue la noche de Karim Benzema, Luka Modric o Toni Kroos, entre otros.
El choque llegó al descanso con otra ocasión del Tottenham por medio de Kane que abortó milagrosamente la salida de Kiko Casilla. Con ese susto en el cuerpo, y con muchos asuntos en los que pensar, se fue el Real Madrid al descanso.
La segunda parte fue todavía peor para el campeón de Europa, pues el Tottenham lo ridiculizó. Por momentos hasta lo bailó. Zidane propuso una defensa con tres jugadores, incluyendo a Casemiro en el eje, y los laterales adelantados. Le regaló el partido al rival.
El Tottenham vio un oasis en esa disposición táctica del Real Madrid y lo explotó con Kane y las llegadas desde atrás de los interiores. A los 56 minutos llegó el segundo gol, con una entrada de Dele Alli, la enésima desatención de la defensa blanca y un disparo que despistó a Kiko Casilla tras tropezar en Ramos.
Con el equipo blanco desconcertado por el dibujo táctico llegó el tercer gol del Tottenham a los 65 minutos en otra cadena de errores monumental del Real Madrid. Eriksen llegó desde atrás para marcar con valiosa asistencia de Kane.
Wembley enloqueció. Los hinchas del Tottenham se frotaban los ojos al ver a su equipo zarandeando al campeón de Europa. Zidane tardó 73 minutos en hacer cambios y el gol de Cristiano Ronaldo a los 80 minutos sirvió sólo para maquillar el resultado.
Locura en Wembley después de la victoria del Tottenham 3-1 ante el Real Madrid pic.twitter.com/akdIubzMJX
— Ale Padin (@ale_padin) 1 de noviembre de 2017
El Real Madrid se marchó de Londres muy colorado después de ofrecer una pésima imagen ante un Tottenham que le ganó en todo: juego, táctica, inspiración y esfuerzo. Si no ocurre nada extraño, el campeón de Europa pasará a octavos de final como segundo de grupo. Y con dos derrotas en tres días después de caer 2-1 ante el Girona para quedar a ocho puntos del Barcelona en la Liga española.