Según la agencia, el acuerdo se había alcanzado al término del mercado, pero la operación se alargó debido a que las nuevas restricciones impuestas por el gobierno en materia de fichajes de jugadores extranjeros obligaron al club a “pensar detenidamente” si debían o no hacerse con los servicios del futbolista.
El pasado enero, la Asociación de futbol chino anunció que reduciría el número de fichajes de futbolistas de otros países para frenar de alguna forma el despilfarro de dinero en el que están inmersos los clubes de la Super Liga.
La nueva normativa solo permite a los equipos alinear a tres jugadores extranjeros por partido, lo que en el caso del Shanghai SIPG se traduce ya en un excedente de futbolistas de fuera de China. El equipo cuenta en su plantilla con los brasileños Oscar, Hulk y Elkeson y el uzbeko Odil Ahmedov.
“Si alguno de los cuatro futbolistas extranjeros se lesiona, Carvalho tendrá la oportunidad de jugar. Su experiencia, en tanto que uno de los mejores defensas del mundo, será importante para ayudar a los futbolistas más jóvenes”, explicó a Xinhua el presidente del equipo, Chen Xuyuan.
En 2016, China pasó a formar parte de los cinco países que más gastaron en jugadores extranjeros, con una inversión de €420 millones -el doble de lo que había gastado en esta parcela durante el ejercicio anterior-.
El pasado diciembre, además, el país asiático batió por quinta vez en un año el récord de dinero gastado en un fichaje, cuando el SIPG pagó €60 millones por el centrocampista brasileño Oscar, hasta entonces en las filas del Chelsea.
Carvalho, de 38 años, tuvo como último club el Mónaco.