Tras el máximo mandatario del club no fue casual la aparición de los jugadores, ataviados con el traje oficial del club. El primero fue el portugués Cristiano Ronaldo, líder y referencia del Real Madrid. Escoltado por los capitanes Sergio Ramos y el brasileño Marcelo.
Sergio Ramos, capitán blanco
Se repitió la escena en el centro de Milán, tras un desplazamiento en el autobús oficial del Real Madrid, blanco y decorado con imágenes de jugadores y un gran escudo del club en la parte trasera. Cerca de mil 500 seguidores esperaban la llegada de sus ídolos. Banderas de España, camisetas blancas, alguna bandera rojiblanca infiltrada y sobre todo admiración a Cristiano Ronaldo.
A las camisetas de Portugal se sumó el cántico unánime cuando escoltado por policías en moto y en coches, llegó el autobús del Real Madrid al hotel Radisson Blu. “Cristiano, Cristiano, Cristiano” , sonaba con fuerza imponiéndose a los gritos de pasión cuando fueron bajando uno a uno los jugadores madridistas. El primero, de nuevo el portugués, que les dedicó un gesto de agradecimiento a los seguidores a su entrada al cuartel general blanco.
El Real Madrid descansará unas horas tras la comida en el hotel y luego tomará contacto con San Siro, el estadio que acoge la final de la Liga de Campeones. Por la tarde comparecerán ante los medios de comunicación el técnico Zinedine Zidane, el capitán Sergio Ramos y un tercer protagonista por confirmar.
Al mediodía completará su último entrenamiento antes de la final con toda la plantilla disponible salvo el francés Raphael Varane.