El PSG es sencillamente superior. Todos los indicadores auguran un triunfo parisino. No en vano el equipo de la capital se ha impuesto a su rival del sábado en sus nueve últimos enfrentamientos.
y sueña con dar una despedida de ensueño al delantero sueco Zlatan Ibrahimovic, autor de 38 goles en la liga, y uno de los principales verdugos del Olympique, al que ha marcado 9 goles desde su llegada a París.
🏆 Final – Copa de Francia
⚽️ @OM_Espanol vs. #PSG
📍 Stade de France
📆 Sábado 21
⌚️ 21:00https://t.co/amKtcuUw6C pic.twitter.com/82pziJz5xh— Paris Saint-Germain (@PSG_espanol) May 20, 2016
Alrededor de 20 mil marselleses confían en la victoria y estarán en el Stade de France apoyando a sus jugadores.
Un cuádruple título nacional de los hombres de Laurent Blanc mitigaría su cuarta decepción consecutiva en cuartos de final de la Liga de Campeones.
El PSG quiere su décima
La calidad de las plantillas y la historia en la competición inclinan la balanza hacia el lado parisino.
El PSG sólo fue una vez eliminado por el Olympique de Marsella en Copa de Francia (octavos de final en 1991, 2-0), con un gol de Jean-Pierre Papin, cayendo las otras ocho eliminatorias del lado parisino.
Sin tener en el horizonte la final de Champions como habrían deseado, los parisinos han podido reservar fuerzas para este partido que podría otorgarles su décima Copa de Francia, igualando así el récord del Olympique de Marsella.
La única estadística que sonríe al conjunto marsellés es la de goles encajados. El equipo dirigido por Míchel primero, y por Franck Passi después, no ha recibido ningún gol, si bien sólo se han enfrentado a dos equipos de la primera división francesa (el Caen y el Montpellier).
Sin embargo los marselleses sólo pueden apelar a los dichos clásicos que definen el fútbol como un “deporte de once hombres contra once hombres” , en el que “todo puede pasar” .
Pero Franck Passi, que no conoce la derrotá desde que tomó el testigo del destituido Michel no pierde la esperanza.
Una victoria supondría un final soñado en una temporada marcada por tres cambios de entrenador, una crisis deportiva e institucional permanente, y un decepcionante puesto 13 en liga.
“Fue un año difícil para los aficionados, para nosotros”, concluye Isla. “El club está en crisis, los aficionados están enfadados, jugamos mal… No somos favoritos y lo sabemos, pero en el fútbol nunca se sabe, no siempre gana el mejor”, sueña Isla.