Será la última vez que el futbolista defienda los colores del Bayern Múnich, un equipo al que permaneció vinculado durante toda su carrera deportiva, con excepción del paréntesis (2003-2005) de dos años en que estuvo cedido al Stuttgart.
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“Uno nunca sabe qué pasará en el futuro. En primer lugar quiero distanciarme un poco después de 22 años en el Bayern y un pequeño intervalo en el Stuttgart”, declaró hoy el ex internacional alemán de 33 años al ser preguntado si se plantea seguir vinculado en los próximos años al conjunto que dirige Carlo Ancelotti.
“Espero que los fans me recuerden como un buen jugador. Quiero conocer otras cosas y a otra gente. Ya veremos lo que pasa en el futuro”, agregó a continuación en una rueda de prensa con sabor a despedida celebrada en Múnich. Por el momento, su intención es dar prioridad a su vida familiar.
Lahm confirmó a principios de febrero que se retiraría al final de la presente temporada, un año antes de que venciese su contrato con el Bayern, porque, según dijo, sentía que no podía rendir al máximo nivel más allá de ese tiempo.
Capitán de Bayern desde 2011, Lahm fue figura fundamental en el equipo que ganó la triple corona de 2013, cuando levantó los trofeos de la Champions, la Bundesliga y la Copa alemana. En diciembre de ese año también ganó el título del Mundial de Clubes y un año después se proclamó campeón del mundo en Brasil con la selección con la que fue internacional hasta en 113 ocasiones.
En toda su campaña en el club bávaro, Lahm ganó en seis ocasiones la Copa alemana y ocho veces la Bundesliga.
“Nunca he jugado para lograr ningún récord. Siempre he jugado para tener éxito”, reconoció Lahm en una entrevista.
Estos ocho trofeos de Liga, el último de ellos logrado hace tan solo unas semanas, le permitieron superar a otras glorias del club como Lothar Matthäus, Klaus Augenthaler y Alexander Zickler, que lograron siete títulos.
Para llegar a ocho, Lahm necesitó 14 temporadas en el equipo, una más que Schweinsteiger, que ganó el trofeo en ocho de sus 13 campañas en el equipo.
Lahm dice adiós al futbol en el equipo en el que creció y se hizo grande. Pone punto final a su carrera como profesional vistiendo la camiseta con la que conquistó todos sus títulos y sin dejarse camelar por sucuelentas ofertas de equipos de Estados Unidos o de China.
Considerado pragmático, este jugador de tan solo 1,70 metros de altura ha logrado marcar un antes y un después en el fútbol. No obstante cuenta con una mancha en su expediente: sorprendentemente, se despide sin haber sido considerado nunca “jugador del año” en Alemania. Un error que quizás este año todavía se pueda enmmedar.