“Tuvo la ocasión de hablar con Cristiano Ronaldo para saber lo que pensaba y me dijo que le gustó”, afirmó el artista autodidacta de 40 años.
“Cristiano simplemente pidió cambiar algunas arrugas demasiado marcadas, que le daban un aspecto más viejo, y que se quitaran para parecer más liso y más joven”, explicó Santos.
Los internautas y la prensa internacional se mostraron poco entusiasmados con el busto del jugador del Real Madrid, calificándolo en muchos casos de “horrible” e “inmundo”.
“Representar a una persona pública es un reto, sobre todo si no lo tienes cerca para tomar las medidas”, destacó el artista, que trabajó con fotografías del jugador.
“Todo trabajo está sujeto a las críticas, no se puede gustar a todos. Una escultura es una escultura, una fotocopia es una fotocopia”, se defendió Emanuel Santos, un exagente de entrevistas a personas en paro.
En su ciudad natal de Funchal, Cristiano Ronaldo cuenta ahora con un aeropuerto con su nombre, un museo en su honor y una estatua de 3,40 metros de alto.