La derrota en penales 4-1 (0-0 en 120 minutos) se suma a la decepción de hace menos de un año, cuando Argentina cayó 1-0 ante Alemania en el partido cumbre de la pasada Copa del Mundo en el Maracaná de Rio de Janeiro.
Messi llegaba a Chile después de conquistarlo todo en Europa con el Barcelona y se esperaba ese mismo poder “extraterrestre” en la Copa América.
Entre los altos y bajos de Lionel Messi en la primera mitad, hubo algunos destellos de su talento, pero pocos y su socio, Javier Pastore tampoco estalló.
Algunas salidas rápidas, bonitos dribles encerrado en la jaula de defensores, una fuerte falta de Medel, que le dio un patadón cuando iba a desarmarlo, y fue amonestado.
El gol no llegó y el partido se tuvo que definir nuevamente desde el punto del penalti, donde nuevamente volvió a sufrir al ser el único argentino que anotó y al ver las fallas de Higuain y Banega, vio alejar sus sueños de ganar el primer título con la albiceleste.