El serbio Tosic tuvo en sus botas el segundo gol al final de la primera parte, pero su disparo desde el borde del área pequeña fue escupido por el poste.
En la segunda parte la tensión fue la nota predominante, ya que la lluvia torrencial impidió que ambos equipos pudieran desplegar un buen futbol.
A falta de cinco minutos el corazón de los aficionados del CSKA a buen seguro que se paró, ya que Akinféev realizó las dos paradas de la temporada al despejar dos disparos, uno a bocajarro, que llevaban marchamo de gol.
El máximo goleador de la liga rusa con 20 goles fue Fiódor Smólov, delantero del Krasnodar y, para muchos, el mejor jugador de la temporada.
El CSKA salió a por la victoria desde el primer minuto consciente de que un empate en Kazán y una victoria del segundo clasificado, el Rostov, le dejaba con la miel en los labios.
Existía la picaresca de que el técnico del Rostov, Kurbán Berdíev, entrenó durante muchas temporadas al Rubín, club que no escondió sus preferencias sobre quién prefería que se proclamara campeón.
Éste es el tercer título desde que el equipo del Ejército ruso es dirigido por Leonid Slutski, que esta temporada ha tenido que compaginar el banquillo de su club con el de seleccionador del equipo nacional, que disputará la Eurocopa de Francia.
El Rostov, que no pudo contar con Navas por acumulación de amonestaciones, cumplió su parte, ya que logró una sufrida victoria en el siempre difícil terreno del Térek Grozni con goles del ecuatoriano Noboa en la primera parte y de Yerokin tras la reanudación.
Pero no fue suficiente para el equipo revelación de la temporada, que llegó liderar el campeonato, pero que le faltó gas y plantilla en las últimas semanas para alzarse con el primer título de su historia.
El actual campeón, el Zenit, que fue dirigido hoy por última vez por el portugués André Villas-Boas, sólo pudo ser tercero y disputará la Liga Europa, al igual que el Krasnodar y el Spartak Moscú, que acudirán a la fase de grupos.