Grolli vuelve por un año al club catarinense, donde inició su carrera como profesional, con la intención de ayudar a reconstruirlo, un factor que “pesó bastante” a la hora de volver a Chapecó, ciudad sede del equipo ubicada en el estado de Santa Catarina, al sur de Brasil.
“Las ganas de ayudar al club fueron fuertes. Es una oportunidad grande para todos los que estamos llegando”, afirmó Grolli en una rueda de prensa conjunta con sus otros dos nuevos compañeros.
El delantero Rossi, que ha firmado por tres años, señaló que el Chape va a tener una “responsabilidad inmensa” la próxima temporada, pero se mostró “muy feliz” a pesar de la presión que supondrá vestir “una camiseta pesada” después de lo que ocurrió.
Rossi y Nadson disputaron la Serie B (segunda división) de la liga brasileña en 2016.
El avión de la aerolínea boliviana Lamia, que transportaba al Chapecoense para disputar el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana ante el Atlético Nacional, se estrelló el pasado 28 de noviembre a pocos kilómetros del aeropuerto de Rionegro -que opera para Medellín- con 77 personas a bordo, de las que solo seis sobrevivieron.
La mayoría de las 71 víctimas mortales del accidente fueron jugadores del Chapecoense, miembros de la directiva y del cuerpo técnico, así como 22 periodistas que acompañaban al club en su primera final en un torneo internacional.
Los seis supervivientes fueron tres jugadores del Chapecoense (Alan Ruschel, Jackson Follmann y Helio Neto), el periodista local Rafael Henzel y dos auxiliares de vuelo bolivianos.
El medio Nadson, cuyo contrato es por dos temporadas, reveló que estuvo cerca de formar parte de la malograda plantilla, pero su ya exequipo, el Paraná, no lo permitió.
“Entonces me enfadé porque Paraná no me liberó, pero hoy puedo firmar pon el Chapecoense. Estoy muy feliz de poder ayudar al Chapecoense en esta reconstrucción”, comentó el centrocampista.