Una quinta persona aparece ahora en el punto de mira de la investigación: Urs Linsi, secretario general de la FIFA de junio de 1999 a junio de 2007, anunció el miércoles el Ministerio Público de la Confederación (MPC), en un comunicado transmitido a la AFP.
Las sospechas de corrupción en el Mundial 2006 salpica a la FIFA https://t.co/iWCmtAAJbo
— hoyenvenezuela (@hoynvenezuela) November 30, 2016
El 23 de noviembre tuvieron lugar registros “con el apoyo de la Policía Federal en diferentes lugares de la Suiza de habla alemana”. Esos registros “están en relación con Urs Linsi”, explicó el MPC.
Desde el propio MPC se recordó que en la investigación abierta hace un año, “los sospechosos eran miembros del Comité de Organización del Mundial-2006”. “Un nuevo sospechoso es Urs Linsi, que en la época era secretario general de la FIFA”, precisó.
Preguntada al respecto, la FIFA prefirió no hacer valoraciones: “Como la investigación sigue en curso, la FIFA no hace ningún comentario”.
El caso se destapó a finales de octubre de 2015, cuando la revista alemana Der Spiegel publicó que Alemania había utilizado un fondo secreto de 10 millones de francos suizos (6,7 millones de euros en la tasa de cambio de entonces) para comprar votos y obtener la sede del Mundial de 2006.
Ese fondo habría sido alimentado, a petición de Franz Beckenabauer, por el expresidente de Adidas, el ya fallecido Robert Louis-Dreyfus, en el año 2000, momento en el que se concedió la sede del Mundial de 2006.
Como empresa alemana y patrocinadora de la Federación Alemana, Adidas tenía intereses económicos en que el Mundial fuera organizado en su país.
El comunicado de la fiscalía suiza habla de 6,7 millones de euros.
La justicia alemana investiga también y en noviembre de 2015 procedió a registros en la sede de la DFB y en domicilios de varios dirigentes.
Crisis de credibilidad
Urs Linsi es actualmente presidente de un banco en Zúrich.
Según fuentes concordantes, Linsi había recibido de la FIFA, en el momento de su abandono de la secretaría general en 2007, una suma de 8 millones de francos suizos (7,4 millones de euros).
La FIFA, presidida desde finales de febrero por el italo-suizo Gianni Infantino, ha adoptado reformas para tratar de superar la crisis de credibilidad tras la sucesión de escándalos de corrupción.
Además de las sospechas sobre la limpieza del proceso de concesión del Mundial-2006, hay investigaciones abiertas sobre las sospechas de corrupción sobre la atribución de los Mundiales de 2018 y 2022 a Rusia y Catar, respectivamente.
El mayor escándalo de corrupción de la historia de la organización estalló en mayo de 2015, cuando dirigentes del fútbol fueron detenidos en Zúrich, antes de ser extraditados a Estados Unidos.
Joseph Blatter, entonces presidente de la FIFA, se vio forzado a presentar su renuncia y luego fue suspendido por la propia FIFA por otro caso, además de verse investigado por la justicia suiza. Su exsecretario general, el francés Jérôme Valcke, fue suspendido y luego despedido.