Fernandes fichó por el cuadro catalán en 2020. No hubo presentación ante la afición blaugrana y solo jugó un partido. Él considera que fue despedido en forma injusta y quiere cobrar la integridad de su contrato, que vencía el 30 de junio de 2024.
El brasileño, que se supone tiene tres ofertas con clubes de Francia, Grecia o el posible regreso al Palmeiras, quiere solucionar el conflicto con el Barsa cuanto antes.
El entorno del futbolista reconoce que nunca se ha opuesto a dejar el club, aunque hubiera aceptado una carta de libertad pactada o una cesión tal como se hizo con otros jugadores.
Por ejemplo, lo hicieron de esta forma con el defensa camerunés Samuel Umititi y el centrocampista bosnio Miralem Pjanic, según pudo establecer la agencia Efe.
Ni Umtiti ni Pjanic cuentan para el técnico, el holandés Ronald Koeman, y su salida ayudaría a reducir la masa salarial de la plantilla azulgrana, un objetivo prioritario para poder inscribir a Lionel Messi en La Liga.
El club trabaja a destajo en la operación salida y tiene claro que a los jugadores prescindibles para el nuevo proyecto deportivo que no acepten marcharse libres se les rescindirá el contrato, como pasó con Fernandes.
Mientras, el Barsa ya ha traspasado al defensa Jean Claire Todibo al Niza (8,5 millones + 7 en variables) y al delantero Konrad de la Fuente al Olympique de Marsella (3 millones) y ha cedido al delantero Francisco Trincao al Wolverhampton, que se reserva una opción de compra sobre el jugador por 30 millones de euros.
Además, en los próximos día también podría cerrar un acuerdo con el Leeds por el defensa Junior Firpo a cambio de unos 15 millones.