En la primera década de este siglo era el Oporto el que marcaba el paso del fútbol portugués: entre 2003 y 2013, los “dragones” se llevaron todos los campeonatos ligueros excepto los dos que consiguió arrebatarles el Benfica (2005 y 2010).
Pero todas las buenas rachas llegan a su fin y desde hace cuatro años es el turno de los encarnados de levantar el trofeo de la Liga temporada tras temporada.
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Un año antes de que el Benfica añadiese a su vitrina la primera copa de este tetracampeonato, ya se notaba que los vientos estaban a punto de cambiar en el fútbol portugués.
El Benfica acabó la Liga sólo un punto por debajo del líder Oporto y estuvo a punto de besar el cielo europeo en la final de la Liga Europa, que perdió en el descuento ante el Chelsea.
El año siguiente, no dejó opción a sus rivales portugueses y con un equipo más competitivo y resolutivo en el área engranado por el técnico Jorge Jesus -que vivía su cuarta temporada con las “águilas” – se llevó la Liga, la Copa y la Copa de Liga.
También estuvo a punto de vengar su derrota con el Chelsea al alcanzar por segunda vez la final de la Liga Europa, pero fue derrotado por el Sevilla en los penaltis.
Muchos de sus pilares esa temporada procedían del futbol argentino, como era el caso del central Ezequiel Garay, del medio Enzo Pérez y de los extremos Eduardo Toto Salvio y Nico Gaitán.
En la 2014/2013, Jesus tuvo que volver a adaptar el equipo después de que, como suele ser habitual en la Luz, algunas de sus estrellas abandonaran Lisboa dejando millones en las arcas del club.
Fue el caso de Garay, que se marchó al Zenit ruso, y de Enzo Pérez, que dejó el Benfica a mitad de temporada para poner rumbo al Valencia.
Pero Jesus no perdió la confianza en sus pupilos y sacó jugo a la veteranía de muchos de sus jugadores para crear un equipo más práctico, una “familia” unida que fuese capaz de ganar los partidos sin recurrir a la calidad individual de sus jugadores.
El experimento tuvo éxito y las “águilas” se llevaron la Liga, la Copa de la Liga y la Supercopa de Portugal.
El verano siguiente, un Jesus en busca de nuevos desafíos sorprendió a la familia benfiquista y cambió la Luz por el banquillo del rival capitalino, el Sporting de Portugal, y dejó las riendas del campeón en manos de Rui Vitória, que se estrenaba en un “grande” .
A su marcha se sumó la de otro pilar del equipo, el central uruguayo Maxi Pereira, que acabó al servicio del máximo rival, el Oporto, lo que generó desconfianza dentro de la hinchada encarnada de cara a la temporada, lo que se agravó cuando perdieron la Supercopa lusa ante el Sporting.
Pero aunque la temporada no empezó del todo bien para el Benfica, con sus rivales por delante en la tabla, las “águilas” dieron un golpe encima de la mesa en marzo en el derbi contra los “leones” y se proclamaron campeonas en la última jornada, en una temporada en la que además llegaron a cuartos en “Champions” .
Rui Vitória superó así las expectativas y se mantuvo al frente del equipo la presente temporada, en la que tuvo que afrontar nuevas salidas de peso, las de la joven promesa lusa Renato Sanches (Bayern de Múnich) y la de la zurda de Gaitán (Atlético de Madrid) .
A las complicaciones se sumó la lesión del delantero brasileño Jonas, máximo goleador de la Liga la temporada anterior y que estuvo fuera de los terrenos de juego casi toda la primera mitad del año.
Aun así, con un equipo reforzado con jóvenes promesas latinoamericanas, Vitória mantuvo a las “águilas” líderes desde la jornada 5 y una vez más conquistó el trofeo liguero.
El Benfica tiene todavía la oportunidad de conseguir otro título este año en la final de la Copa, en la que se enfrentarán al Vitória de Guimares.