Los cuatro, para la cúpula, representan buena parte del futuro del Bayern. No es un secreto que a la directiva le gustaría ver a Guardiola al frente del proyecto y que el presidente del Consejo Directivo, Karlheinz Rummenigge, hubiera querido anunciar la renovación esta noche.
Sin embargo, es claro que eso no está ya en la agenda y que ahora la semana clave será la que seguirá al 19 de noviembre, cuando se jugará la última jornada de la primera vuelta y la Bundesliga entrará en la pausa de invierno.
“Para navidad tendremos una sorpresa, de una u otra manera” , ha dicho Rummenigge.
Durante la actual temporada, después de que en los dos primeros años hubiera muchos signos que apuntaban a una despedida, surgieron muchos indicios que permiten pensar que la renovación no está descartada.
En primer lugar, el gesto del capitán Philipp Lahm, que le manifestó a Guardiola en nombre de todo el equipo que el grupo quería seguir trabajando con él, parece haber sido muy bien recibido por el catalán.
En segundo lugar, en el equipo se nota cada vez más la mano de Guardiola. Incluso, en círculos cercanos al Bayern se le atribuye una frase al entrenador según la cual ahora está empezando a sentir que los éxitos son suyos mientras que los triunfos de las dos primeras temporadas los sentía todavía como éxitos de su antecesor, Jupp Heynckes.
Según la revista deportiva “Sport Bild” , actualmente Guardiola parece más abierto a un nuevo contrato que hace unos pocos meses pero tiene también una serie de condiciones que a la hora de la negociación final pueden ser decisivas.
El tema central no es financiero sino tiene que ver con la influencia de Guardiola en las decisiones sobre fichajes, quiere tener más peso en ellas, y sobre el trabajo de la cantera.
Hasta ahora, la decisión final sobre los fichajes, según una el director deportivo Mathias Sammer, es un procedimiento en el que participan tres personas. “Nos sentamos Pep Guardiola, Karlheinz Rummenigge y yo. Si uno de los tres baja el pulgar el jugador no viene” .
Por otro lado, Sammer sostiene que el único jugador que Guardiola ha pedido hasta ahora con insistencia ha sido Thiago Alcántara. Se sabe, sin embargo, que también fue decisivo en el fichaje de Douglas Costa, que se ha revelado como un gran acierto.
Es posible que el Bayern esté dispuesto a darle a Guardiola más peso pero a cambio de una renovación tal vez más larga de lo que se imagina el entrenador y allí puede haber un conflicto irresoluble.
La fecha puesta por Rummennige para tomar una decisión, casi un ultimátum, puede haberle sentado mal a Guardiola que -tras una gran primera ronda- seguramente quisiera ver la segunda parte del ejercicio antes de tomar decisiones a largo plazo.
En todo caso, si al final Guardiola decide marcharse, lo hará tal vez en el mejor momento de su gestión cuando muchos hablan incluso del mejor Bayern de todos los tiempos.
Rummenigge, pese a tratar de aparentar tranquilidad, no ha podido disimular cierta impaciencia por las largas que le ha venido dando Guardiola y, para curarse en salud, ha dicho que la marcha del catalán no sería el fin del mundo y que “los entrenadores y los jugadores vienen y se van” .
Los debates sobre una posible sucesión han arrojado diversos nombres que van desde Carlo Ancelotti -que tiene el hándicap de no hablar alemán- hasta el propio Mathias Sammer, que ha dicho que está satisfecho con el trabajo que hace ahora y que no entra en sus planes suceder a Guardiola.