El protagonista principal, además de los trofeos, fue el escolta de Los Ángeles Lakers, Kobe Bryant, que reafirmó su interés por el equipo campeón de la liga de España y dijo que entre sus objetivos cuando se retire de la NBA es jugar en el Barcelona de baloncesto junto a Pau Gasol.
Toda la delegación barcelonista posó en torno a los tres trofeos que ganó el equipo durante la última temporada como fueron el de la Liga de España, la Copa del Rey y la de la Liga de Campeones de Europa.
Kobe le entregó una camiseta de los Lakers al capitán del Barcelona, Andrés Iniesta, quien a su vez, le obsequió con una del equipo español.
Luego ambas figuras estamparon su autógrafo en sus respectivas camisetas, mientras que Bryant también recibió otra camiseta del Barcelona de baloncesto, equipo con el que tiene previsto jugar al menos un año cuando se retire de los Lakers, que podría ser al concluir la temporada del 1015-16 al concluir el contrato con la franquicia angelina, que ya no cuenta con él para la reconstrucción.
Después de la venta de imagen de la plantilla del Barcelona y la exhibición personal y “egocentrista” de Bryant, esta vez con soporte del equipo campeón de la Liga de España, la Copa del Rey y de la Liga de Campeones de Europa, a los jugadores le llegó la hora del trabajo serio.
El equipo trabajó a las órdenes del entrenador Luis Enrique, al que no le gustan las giras, pero las asume como parte de la venta de imagen y compromisos comerciales del club español en el mercado estadounidense, siguiendo los pasos del Real Madrid, que el verano pasado también estuvo por tierras californianas.
Los entrenamientos del Barcelona se realizaron en uno de los campos reservados a las selecciones de Estados Unidos, dado que el StubHub Center, es el centro de operaciones de los equipos nacionales.
Aunque al principio se había dicho que el entrenamiento sería a puerta cerrada, al final fue abierta a todos los medios de comunicación, que en su mayoría eran españoles, y que pudieron seguirlo hasta que concluyó.
También estuvieron presentes otro grupo de unos 50 aficionados que se encontraban en el costado oriente del campo, opuesto al que ocupaba la prensa.
Se trataba de aficionados del Galaxy y del Barcelona, que pagaron cien dólares para presenciar el trabajo del equipo español, a pesar que entre los 24 jugadores que han llegado a la gira no había ninguna de las estrellas más mediáticas como son el argentino Lionel Messi y el brasileño Neymar.
Por su parte, el Galaxy, el rival que hoy se enfrentará al Barcelona en el Rose Bowl, de Pasadena, a pocos metros de donde se encontraba la expedición del campeón de la liga española, también realizaba la sesión de entrenamiento diría habitual, dado que se encuentra en plena competición de la Liga Profesional de Estados Unidos (MLS).
“Es algo grandísimo. Para nosotros, aunque sea un partido amistoso, siempre resultará muy importante enfrentar al mejor equipo del mundo. Es de esa clase de encuentros en los que todos queremos estar en campo”, aseguró el centrocampista brasileño Juninho.
Sin embargo, entrenador del Galaxy, Bruce Arena, advirtió que el duelo no reviste tanta importancia, entre otras cosas porque no hay nada en juego y ambos equipos trataran de dar un buen espectáculo y hacer que los espectadores lo pasen bien, sin preocuparse de nada más.
“Hay quienes le quieren dar mayor importancia de la que en verdad tiene un partido como este. Se pretende hacer creer que es una forma de medir en qué nivel está nuestro fútbol y no es así” , señaló Arena. “El Galaxy ya ha ganado a equipos como el Juventus y perdimos con el Manchester United, pero sin que hubiese nada en juego”.
Arena recordó también que el Barcelona no llega con sus estrellas, apenas habrán realizado dos entrenamientos después de las vacaciones y por lo tanto su preparación física no será la mejor por lo que nadie querrá arriesgar a sufrir una lesión y lo mismo le sucederá a sus jugadores en plena lucha por la defensa del título de la MLS.