La cita fue muy cómoda para el Barcelona, pues se midió a un enemigo que justificó plenamente por qué es penúltimo en la Liga española y claro candidato al descenso. Prácticamente ni atacó ni defendió. Puso muy fáciles las cosas al conjunto azulgrana, que ni siquiera echó de menos a Messi.
La primera parte fue un duelo entre Suárez y Guillermo Ochoa que durante 44 minutos tuvo al arquero mexicano como claro ganador. Hasta entonces, Ochoa repelió hasta tres remates del uruguayo que parecían destinados a ser gol. Pero con el siguiente no pudo.
El Granada replegó, pero no presionó para quitar. Por eso el Barcelona tocó con tanta comodidad y tampoco sufrió en defensa. El conjunto azulgrana sumó suficientes ocasiones para encarrilar el encuentro con prontitud y sólo su ineficacia y las intervenciones de Ochoa lo impidieron.
Vencieron a Ochoa
Hasta que llegó el minuto 44. Jordi Alba utilizó el recurso del balón en largo y sirvió un gran pase para Suárez, quien elevó la pelota por encima de Ochoa, indeciso en la salida, para adelantar a los azulgranas.
La segunda parte fue algo diferente, más por deméritos del Barcelona que por méritos del Granada. Así, el conjunto local se metió de nuevo en el partido a los 50 minutos con un gol de Boga tras encontrar un agujero en la zaga visitante, que tiró mal el fuera de juego.
El equipo de Luis Enrique pasó 13 minutos desconcertado. Fue el tiempo que transcurrió hasta su segundo gol. Suárez dio una gran asistencia hacia Paco Alcácer y el español resolvió delante de Ochoa.
La sentencia llegó a los 83 minutos con cierta fortuna para el Barcelona. Rakitic disparó, el balón tropezó en defensa y acabó dentro del arco local. Y ya en el descuento, Neymar cerró la goleada.
Así concluyó un resultado lógico, aunque después de un encuentro con un desarrollo inesperado en la segunda parte, pues el Barcelona se complicó levemente la vida ante un rival que no hizo apenas métitos para inquietar la victoria visitante.