Bale quedó fuera de la lista para disputar el juego de este sábado, debido a que se quejó de molestias en la espalda y como pasó en el clásico contra el Barcelona se quedó en su casa. El gesto ha sido criticado, pues estuvo ajeno a la celebración con la afición.
Según una publicación del diario Marca, Bale se había entrenado con normalidad en la sesión previa al partido y no fue hasta después de la sesión cuando dijo que le dolía la espalda, una lesión indetectable por los servicios médicos.
En el club ya no le dan importancia y actúan con indiferencia hacia un jugador que está empeñado en salir por la puerta de atrás.
El caso de Bale contrasta con el de Eden Hazard, que acudió al estadio acompañado de toda su familia. Pese a ser un jugador que ha jugado muy poco, se llevó al Bernabéu a sus hijos pequeños para que disfrutaran de la fiesta.
Lo mismo hicieron los jugadores sancionados y lesionados, como Jovic, Nacho y Militao. Todos unidos menos Bale, que sigue al margen de la dinámica del equipo.