Dani es un jugador excéntrico, que le gusta cantar y subir los videos a las redes sociales, vestirse con colores llamativos, ser siempre el futbolista que pone el sabor en el camerino como en el terreno de juego. No le da pena confesar que el Barcelona es su gran equipo, tanto que disfrutó la clasificación de su equipo a semifinales de la Liga de Campeones, así como le conmovió la tristeza de sus excompañeros culés. Tanto así que consoló a su amigo Neymar.
Hoy que festeja sus 34 años con la ilusión de estar en la final de la Champions, Dani colgó en su cuenta de Instagram un mensaje que llega al corazón con la imagen de su casa humilde en Brasil.
“Aquí es donde todo comenzó. 34 años después es un gran orgullo saber que todo el esfuerzo hecho, toda la dedicación y renuncias me llevaron a llegar a donde quiero y poder proporcionar una vida digna a mi familia. Agradezco a Dios por cada año, por cada oportunidad de aprendizaje, a toda mi familia, todos mis amigos, a todos mis compañeros ya todos aquellos que de alguna manera forman parte de mi vida. Mi ‘gorducha’ Joana Sanz, gracias por aguantar mis enfados de trabajo de algunos días. Gracias a aquellos que me desacreditan, mientras pierden su tiempo conmigo yo sigo trabajando para hacer que las cosas ocurran”.
“Aprovecho mi foto honesta y sin querer pagar la humildad porque las actitudes son las que conducen a ser humilde y no las palabras, me siento muy orgulloso pero no soy orgulloso, solo quiero estimular a los jóvenes y las personas a nunca desistir de sus sueños, a motivarlas a buscar su don y dedicar toda su fuerza, su foco y su fe en realizarlo. La vida es igual para todos, algunos dedican su tiempo en batallar por lo que quiere y otros a quejarse de lo que no tienen… esa es la única diferencia entre unos y otros y tú siempre puedes escoger lo que quieres”, reza el mensaje del brasileño.