De su lado, River está obligado a ganar en la revancha al menos por dos goles para revertir la desventaja, o ganar marcando dos o más anotaciones como visitante.
El ganador de esta serie se enfrentará en semifinales con el ganador de la serie entre Guaraní de Paraguay y el argentino Racing Club, con ventaja de 1-0 para el primero.
En el comienzo fue Cruzeiro el que estuvo cerca de sorprender al local, ya que Manoel llegó solo en un tiro libre cruzado y remató desviado, y enseguida, Henrique levantó su remate desde el borde del área, dentro de un desarrollo en el que Willians se mostraba como lo mejor del equipo visitante, con gran capacidad para distribuir con criterio y precisión.
De todos modos, River se recuperó y pronto comenzó a encontrar algunas chances de buscar espacios, y de ese modo Teo Gutiérrez estuvo cerca, pero Fabio le ganó bien en el anticipo cuando el colombiano se iba solo.
En concreto, lo mejor de River se vio cuando consiguió presionar sobre la salida de Cruzeiro, y no tanto en la generación de juego, donde fue poco lo que aportó Gonzalo Martínez.
Dentro de ese desarrollo parejo, Teo Gutiérrez volvió a tener una ocasión muy clara tras pase de Mora, pero su remate desde ángulo cerrado se fue desviado, y poco después Fabio se anticipó cuando el uruguayo Sánchez llegaba a espaldas de la defensa para definir, mientras que Damiao falló en la definición y Willian Farías remató desviado tras una acción individual.
En la segunda parte, el ritmo decayó un poco, pero Willians volvió a destacarse en el mediocampo, a cargo de la conducción del conjunto visitante, que estuvo cerca de anotar en una buena jugada de Willian, aunque Vangioni llegó justo para despejar en la línea de sentencia.
River mostró un poco más de determinación y generó más riesgos con la entrada de Fernando Cavenaghi, pero Gutiérrez volvió a equivocarse en la definición y remató desviado cuando estaba solo frente a Fabio.
Cuando el encuentro parecía encaminarse hacia el cero llegó el gol visitante, en una jugada originada en un flojo despeje defensivo, que Leandro Damiao aprovechó para bajar la pelota para la llegada de Gabriel; Barovero dio un rebote muy corto y Marquinhos tocó a la red.
Quedaban algunos minutos, y River sólo se aproximó con un zurdazo rasante del charrúa Mayada, bien contenido por el sólido Fabio, y más cerca estuvo Cruzeiro del segundo, en un contraataque que Charles desperdició tirando la pelota a las manos de Barovero.
La derrota supuso un duro golpe para un River que llegaba de eliminar en un superclásico escandaloso a su archienemigo Boca, pero que careció de profundidad ante un rival que tampoco deslumbró, pero supo mostrarse ordenado en su planteo, y cuando tuvo la oportunidad, se llevó un triunfo que puede inclinar la balanza en una serie que se presume pareja y cerrada.