Desde que asumió en febrero el relevo del argentino José Pekerman, el portugués Carlos Queiroz rediseñó el habitual estilo de juego de los cafeteros, introdujo un nuevo dibujo táctico y supo mezclar la herencia de su antecesor con los nuevos valores que conoció.
El luso, exseleccionador de Irán, Portugal y Sudáfrica, ha repetido con insistencia que Colombia se encuentra en un periodo de construcción y que “está muy lejos del fútbol que queremos ver”.
Pero a la luz de los resultados en la Copa basados en la práctica de un buen fútbol, en el que Queiroz ha puesto su sello europeo, como la intensidad sostenida, la dinámica y la presión de las líneas, Colombia se ha ganado el derecho a ser candidata al título del torneo.
“La principal victoria de Colombia ante Paraguay es haber salido al campo con la certeza de que tenemos 22 jugadores listos para trabajar. No tengo suplentes en el equipo, tenemos un bonito, pero muy difícil dolor de cabeza”, aseguró Queiroz.
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Y es que con la clasificación anticipada a la siguiente fase, el entrenador se dio el lujo ante la Albirroja de introducir diez cambios respecto a la formación inicialista que puso contra los anfitriones del Mundial-2022.
Sólo el volante de la Juventus Juan Guillermo Cuadrado fue titular en los tres partidos de la fase de grupos. Queiroz ha probado, salvo al golero Camilo Vargas -hoy el tercero en esa posición- a todos los 22 jugadores que trajo a Brasil.
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“En una competición de seis partidos en cuatro semanas todos podemos ganar un par de partidos con un par de jugadores, pero si quieres salir campeón tienes que saber que todos deben estar listos para jugar y todos deben saber que muchas veces las competiciones se empiezan con unos y terminan con otros”. Claro y contundente el luso.
Colombia tiene una estructura de juego interesante desde el 4-3-3 que practica el exentrenador del Real Madrid.
A los argumentos ya conocidos de los cafeteros, como el buen trato de la pelota, Queiroz le sumó dinámica en el desplazamiento, verticalidad en el avance ofensivo y disciplina defensiva de las líneas para resguardarse y recuperar el balón.
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