Tras empatar 1-1 en el choque de ida, al Guadalajara le basta empatar sin goles o 1-1 para disputar su primera final desde el Apertura de 2006, cuando consiguió el undécimo cetro de su historia.
Chivas, que fue tercero de la clasificación, ha ganado dos de las últimos tres torneos de Copa en México, pero no ha vuelto a ninguna final desde su último campeonato. Se trata de la segunda sequía más larga entre los cuatro equipos más populares del país, sólo superada por el Cruz Azul, que no se corona desde el Invierno 97.
“Sería un grave error pensar que estamos en la final, quedan 95 minutos para dejar el alma y la piel, y tratar de imponer nuestro juego, sabemos lo que provoca jugar en nuestra casa, con nuestra gente, pero soy muy respetuoso del rival”, dijo el entrenador argentino del “Rebaño Sagrado”, Matías Almeyda. “Prepararemos el partido de la mejor manera, porque obviamente queremos estar en la final”.
Chivas y Toluca solo han ganado uno de sus últimos siete partidos.
Los Diablos Rojos, que este torneo celebran los 100 años de su fundación, necesitan ganar o empatar por dos o más goles para avanzar.
Aún no está definido
“Nos quedamos con el sinsabor por no haber podido ganar en casa, pero el equipo peleó y tuvo sus opciones”, dijo el entrenador argentino de los Diablos Rojos, Hernán Cristante. “Tenemos que seguir peleando porque la llave no está cerrada”.
En la otra semifinal, Tijuana recibe al campeón Tigres que busca acceder a la final por segundo torneo consecutivo.
Tigres logró su quinto triunfo en fila al imponerse 2-0 en la ida y con cualquier empate o derrota de hasta un gol logrará su misión.
Tijuana fue el líder en la temporada regular.
“No estamos caídos, el equipo entró un poco cabizbajo al vestidor pero tenemos que levantarnos”, dijo el entrenador de Tijuana, Miguel Herrera, quien ha reconocido que su directiva recibió una oferta para volver al América al finalizar el torneo. “Faltan noventa minutos y nos tenemos que morir en la cancha para poder conseguir nuestro objetivo”.
