Tardaron poco los surcoreanos, comandados por el exjugador alemán del Real Madrid Uli Stielike, en hacerse con las riendas del encuentro, pero las ideas se agotaban al llegar a tres cuartos de campo y acababan por finalizar la jugada desde lejos.
Tanto Ji Dong-won como Nam Tae-hee crearon peligro con sus disparos lejanos, y el lateral izquierdo Kim Jin-su generaba situaciones de superioridad con sus constantes subidas por la banda, aunque sus centros no encontraban rematador. Los surcoreanos echaban de menos a su gran estrella, el delantero del Tottenham Son Heung-min, sancionado para este encuentro.
Sin embargo, cuando parecía que Corea del Sur controlaba más la situación, un córner a favor de China que botó Wang Yongpo encontró la cabeza de Yu Dabao, que remató flojo aunque lo suficientemente cruzado como para que el cancerbero visitante no la alcanzase, inaugurando así el marcador.
Ni los compañeros de Yu ni la afición se esperaban el tanto, pero sin duda supuso un clavo ardiendo al que se agarraron con fuerza los chinos, que acabaron la primera parte con la sensación de que podían vencer al enemigo, hoy quizá algo más que meramente futbolístico.
Y es que el encuentro se disputó en medio de un espectacular despliegue de seguridad, con más de 10.000 agentes, debido al fuerte sentimiento anticoreano que se ha generado en la sociedad china tras las disputas políticas y comerciales que ambos países han mantenido en las últimas semanas, aunque finalmente todo transcurrió sin incidentes.
En la segunda parte, China disfrutó de más seguridad que en la primera: si bien Corea del Sur seguía acechando la portería, el “equipo dragón” aguantaba, recuperaba y salía como una exhalación hacia el campo contrario, creando bastante peligro aunque sin premio.
También el guardameta chino, Zeng Cheng, tuvo una actuación muy destacada, especialmente en los balones laterales. Su mejor intervención fue en el minuto 58, cuando se estiró para evitar que un potente disparo raso de Ki Sung-yueng acabase en las redes.
Aunque no solo gracias al guardameta consiguió China dejar la portería a cero: cuando quedaban diez minutos para el final, Wu Xi sacó bajo los palos un buen remate de Hong Jeong-ho en un córner.
Los surcoreanos tuvieron más el balón, pero finalmente China resistió y se llevó el gato al agua: después de cosechar solamente dos empates en los primeros cinco partidos, los chicos de Marcello Lippi consiguieron mantener vivo el sueño de la clasificación al Mundial 2018 en un momento clave para el futuro del fútbol chino.