El plan del Villarreal fue claro y no pretendió engañar a nadie: aguantar. Resistir lo que dieran las piernas, la suerte y la precisión del Liverpool. Unai Emery dispuso al equipo para meterse atrás y esperar algún golpe de fortuna arriba. Pero el Liverpool se comió en intensidad y contundencia a los amarillos, que no eran capaces ni de ganar un duelo y que vieron cómo toda la primera parte -y la mayoría del partido- se jugó cerca de su área.
No era un milagro que el Villarreal se fuera al descanso con 0-0, pero casi. Los de Emery no fueron arrollados, pero no estaban disputando el partido. Eran un espectador más de los 53 mil en el estadio. Y eso ante Anfield y el que seguramente sea el mejor equipo de Europa no vale.
El Villarreal no cambió el plan en la segunda mitad y la suerte cayó del lado inglés. Una entrada de Henderson por el perfil derecho llevó al capitán a centrar. La pelota tocó en Estupiñán lo justo para envenenarse y tomar saliendo a Rulli por el centro. No pudo reaccionar a tiempo. Rozó el balón a contrapié sin poder despejarlo.
Un arranque avasallador del Liverpool en la segunda parte dejó al Villarreal muy tocado, que sentenció el juego tras el gol de Sadio Mané en el 54 que allanaron el camino del equipo británico después de que el Villarreal aguantase el 0-0 en el primer tiempo.
El 2-0 es un resultado malo, muy malo, pero no mortal. El Villarreal estará vivo en la vuelta, pero necesitará jugarla. No le valdrá sólo firmar la hoja de presentación, tendrá que ir a buscar al Liverpool y tratar de ganarle por lo menos por dos goles de margen. Una desventaja que el equipo de Klopp no ha concedido en los 55 partidos que ha disputado esta temporada. De hecho, el Liverpool solo ha perdido tres encuentros esta campaña. No es imposible, pero sí un milagro.
A big first-leg performance from the Reds 💪#UCL | #LIVVIL pic.twitter.com/jLEMjlQxDr
— Liverpool FC (@LFC) April 27, 2022