La disputa del partido en Porto Alegre ya se daba como un hecho pero hasta ahora no había sido confirmada por el órgano rector del fútbol en Brasil.
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El partido no es decisivo para Brasil, que ya garantizó su cupo en Rusia y lidera la clasificación de las eliminatorias con 33 puntos fruto de 10 victorias, tres empates y una sola derrota, pero constituye de vida o muerte para Ecuador, que es el sexto en la clasificación con 20 puntos y aún tiene posibilidades matemáticas de avanzar.
Brasil regresa a Porto Alegre tras poco más de cuatro años de ausencia, ya que su último partido en la capital regional más meridional de Brasil, precisamente en la Arena do Gremio, fue el 9 de junio de 2013, cuando se impuso por 3-0 a Francia en un amistoso.
Para Ecuador el partido en Porto Alegre significa el regreso a la ciudad en la que se concentró cuando disputó el Mundial de Brasil 2014.
El estadio escogido, además, es la casa del club Gremio brasileño, que cuenta entre sus estrellas al centrocampista ecuatoriano Miller Bolaños, un posible titular en el partido.