Fiel a sus viejas costumbres de los tiempos de su presidencia que comenzó en 1998, brutalmente interrumpida, el suizo llegó a las 7:30 horas, escondido de las miradas de la prensa, para su declaración, prevista a las 09h00.
Los miembros de la comisión de apelaciones llegaron a la sede en una furgoneta hacia las 08h30, seguidos un cuarto de hora más tarde por Jacques Lambert, que lo hizo en taxi, como testigo de Blatter.
El presidente del Comité de Organización de la Eurocopa-2016 fue uno de los dos testigos, junto a Ángel María Villar, presidente de la Federación Española y vicepresidente de la UEFA, presentados por Michel Platini en su audición del lunes ante la comisión de apelaciones para probar la existencia de un contrato oral entre Sepp Blatter y él.
Blatter y Platini fueron castigados debido a un pago controvertido de €1,8 millones, sin contrato escrito, del suizo al francés, en 2011 por un trabajo de consejero terminado en 2002.
Lambert, al frente del comité de organización de la Copa del Mundo de 1998 y actual presidente del comité de la Eurocopa-2016, es familiar a las instituciones del fútbol internacional.
El francés dimitió el año pasado de la cámara de investigación de la comisión de ética de la FIFA (la justicia interna de la instancia). Al estar “dividido entre el deber de reserva y un deber de amistad”, había “elegido el deber de amistad” con Platini.
Distintos objetivos apelando
El presidente de la UEFA, también suspendido 8 años, y Blatter, hasta ahora los personajes más potentes en el planeta fútbol, fueron castigados debido a un pago controvertido de €1,8 millones, sin contrato escrito, del suizo al francés, en 2011 por un trabajo de consejero terminado en 2002.
Según ellos, este pago constituía el saldo de la remuneración de esta misión realizada por el extriple Balón de Oro al presidente de la FIFA entre 1999 y 2002 sobre la base de un acuerdo verbal.
Los magistrados de la FIFA, juzgaron que eran culpables “de abuso de posición”, de “conflicto de intereses” y de “gestión desleal”, descartando el cargo de “corrupción”.
El francés y el suizo no persiguen los mismos objetivos en sus apelaciones a la sanción.
Si Platini intenta limpiar su nombre, restaurar una imagen ensombrecida y recuperar al menos su sillón de presidente de la UEFA, Blatter no puede esperar gran cosa.
Con casi 80 años, que cumplirá el 10 de marzo, su carrera como dirigente deportivo parece terminada y ya ha sido sustituido por el camerunés Issa Hayatou como presidente interino de la FIFA, en espera de las elecciones del 26 de febrero.
Los problemas de Blatter no se detienen ahí, ya que tiene pendiente un proceso penal por un “contrato desfavorable a la FIFA” sobre los derechos locales de retransmisión televisada de los Mundiales de 2010 y 2014.
Platini declaró en septiembre como testigo asistido en el marco de la investigación sobre el pago de los 1,8 millones de euros.