El empate había apretado la Liga y concedía al Barcelona la oportunidad de asaltar la cima. El gol del ex azulgrana Sandro, en el 32', el remate de Jony en el 90' y, sobre todo, la propia inoperancia de los de Luis Enrique lo impidieron.
Aún con un partido aplazado, el Real Madrid suma ahora 72 puntos, tres más que el Barcelona, que visitará el estadio Santiago Bernabéu el 23 de abril.
Tendrán que hacerlo los azulgrana con más ánimo y juego que el que hoy desplegaron en la cancha de un Málaga, que hizo justo lo que tenía que hacer para quedarse con la victoria: defender bien y sorprender a la contra.
La primera parte careció ya de buenas noticias para un Barcelona que, con el croata Ivan Rakitic y Gerard Piqué ausentes por sanción, regresó al 4-3-3 sin éxito. No se encontraron a gusto los de Luis Enrique, que sufrieron de lo lindo en defensa y apenas tuvieron intensidad en ataque.
Atrás, Jéremy Mathieu volvió a hacer aguas. Falló en el tanto del Málaga, una contra perfectamente lanzada por los andaluces y mal defendida por el francés que, buscando el fuera de juego de Sandro, acabó permitiendo su cabalgada. El ex azulgrana se plantó solo ante Marc Ter Stegen y lo batió por bajo.
No es que los dirigidos por Michel González hubieran hecho muchos méritos para tomar ventaja en el marcador. Pero el Barcelona apenas había creado una buena ocasión, la que desbarató Carlos Kameni en un mano a mano con el uruguayo Luis Suárez al cuarto de hora de partido.
Desaparecidos
Con el brasileño Neymar muy apagado, Sergio Busquets sin tocar un balón y Messi sin chispa, no tuvo más trabajo el arquero camerunés del Málaga en la anodina primera parte de los azulgrana.
Pese a la necesidad de los de Luis Enrique y a la entrada de Andrés Iniesta y de Sergi Roberto, el panorama apenas cambió tras la pausa.
El Barcelona seguía sin encontrar la alegría y el juego que, el pasado miércoles frente al Sevilla, le llevó a firmar una de sus mejores primeras partes en lo que va de temporada.
Así las cosas, el entrenador azulgrana, que hasta entonces se había resistido, modificó su dibujo al 3-4-3 a la hora de partido y algo mudó.
El balón circuló más rápido y mejor y Luis Suárez volvió a tener en sus botas el gol. Lo dejó pasar incomprensiblemente, esperando que lo firmara Neymar.
No lo hizo el brasileño, que minutos más tarde, en el 64', dejó al Barcelona con diez, al ver una segunda amarilla por arrollar a Llorente.
Los de Luis Enrique tenían 20 minutos y un hombre menos que su rival para intentar voltear el duelo. O, al menos, empatar y dejar las cosas como estaban al inicio de la trigésimo primera fecha.
El Málaga siguió a lo suyo, con una defensa de cinco que no pasó demasiados apuros, y buscando sorprender a la contra. En una de ellas, los andaluces anotaron un segundo gol, anulado por fuera de juego.
El Barcelona respiró. Y un poco más cuando el acertado Sandro se fue a descansar al banco. Luego, se enojó. Cuando el árbitro señaló como falta en borde del área lo que pareció un claro penal sobre Sergi Roberto.
Tampoco eso sirvió de excusa. Faltos de frescura y clarividencia, los azulgrana no encontraron soluciones y Jony, en el último minuto de partido, los remató.