Los Bleus no tienen tiempo para dormirse en sus laureles, con un duelo de prestigio y rivalidad vecinal ya para su regreso a la competición. Con aroma de revancha además, ante el equipo que le eliminó en cuartos del Mundial-2014 pero al que los franceses pudieron superar en las semifinales de la Eurocopa-2016.
La UEFA no podía soñar un mejor cartel para inaugurar su nueva Liga de Naciones, una competición que se estrena con el deseo de consolidarse poco a poco.
“Un poco dormidos”
La Alemania de Joachim Löw tiene urgencias por pasar cuanto antes la página rusa y el seleccionador francés, Didier Deschamps, desconfía por ello de su rival.
“Aunque tuvieron un Mundial difícil, Alemania era una de las favoritas”, recordó Deschamps a la prensa, antes de enviar una advertencia a sus hombres: “La motivación tiene que estar ahí, el estadio estará lleno y es la selección de Alemania”.
Anticipándose al discurso de su entrenador, Mbappé alabó las cualidades de los alemanes, el sábado tras el partido del París Saint-Germain en Nimes, donde marcó un soberbio tanto antes de ser expulsado.
“Espero que estén un poco dormidos, porque son un gran equipo”, afirmó el joven astro del PSG.
El mismo tono tiene Griezmann, en una entrevista publicada este miércoles en el diario deportivo francés L'Équipe: “Alemania sigue siendo una gran nación (futbolística)” y “poco importa que sea un amistoso, la Liga de Naciones o lo que sea, hay que ganar, no importa cómo”.
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Francia tendrá el domingo otro duelo exigente en la Liga de Naciones, en Saint-Denis contra Holanda.
La hora de Areola
Deschamps puede contar con todo su plantel campeón del mundo salvo dos arqueros, Hugo Lloris y Steve Mandanda, lesionados.
La baja de Lloris es una buena noticia para los alemanes, que vivieron una pesadilla ante él en la semifinales de la Eurocopa de 2016, donde decidió Griezmann con un doblete (2-0) en Marsella.
Alphonse Areola, habitual tercer portero de los Bleus, defenderá esta vez el arco en una gran noche de estreno para él.
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En ausencia de Lloris, el brazalete de capitán recaerá en Raphael Varane, que como jefe de la defensa tendrá también la misión de frenar a hombres peligrosos como Thomas Müller (Bayern de Múnich), Timo Werner (RB Leipzig), Marco Reus (Borussia Dortmund) o puede que incluso Leroy Sané (Manchester City), que vuelve a la selección alemana después de ser excluido de la lista mundialista.
Alemania tiene como último recuerdo de su equipo nacional la derrota 2-0 ante Corea del Sur, que supuso la eliminación, y el 'caso Özil', la polémica por los orígenes turcos de Mesut Özil, que en julio acabó renunciando a seguir en la selección, hablando de “racismo”.
Todos en la Mannschaft se han propuesto lograr un buen resultado ante Francia para iniciar una nueva era.
“Jugar contra los campeones del mundo en una gran oportunidad. No podía haber una mejor”, estima Müller, ilusionado con el duelo del jueves en el Allianz Arena de Múnich que conoce tan bien.
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