El partido se vio empañado a falta de cinco minutos para le final, con 2-1 a favor de los coratas que les daba la clasificación matemática, por el lanzamiento de bengalas al campo por parte de hinchas croatas y un petardo que explotó junto a uno de los operarios que trataban de apagarlas.
Los hichas croatas son reincidentes en este tipo de comportamientos violentos, ya que en la fase de clasificación, la Uefa ya penalizó a Croacia por otros incidentes.
Por este motivo, el árbitro inglés Mark Clattenburg se vio obligado a detener el encuentro hasta que las bengalas fueron apagadas, al tiempo que la policía se dedicó a buscar en las tribunas a los hinchas que las habían lanzado.
El resto del público dedicó un sonoro abucheo como gesto de recriminación.
Los hichas croatas son reincidentes en este tipo de comportamientos violentos, ya que en la fase de clasificación, la Uefa ya penalizó a Croacia por otros incidentes.
Durante las eliminatorias para la Eurocopa 2016, el órgano rector del fútbol le sancionó con el descuento de un punto y dos partidos a disputarse a puertas cerradas, después de que sus hinchas exhibieran una cruz gamada sobre el terreno en el duelo contra Italia (1-1), en junio de 2015, en Split.