Pero el trío se completó con la aportación sorpresa y determinante de Dimitri Payet, jugador del West Ham inglés, que marcó tres goles, uno de ellos para ganar en el último instante en el partido inaugural ante Rumanía (2-1).
Se mostró además como un jugador de equipo muy valioso, con sus asistencias y sus detalles técnicos, que hasta sedujeron al entrenador del Real Madrid, el mítico Zinedine Zidane.
“Sería una plusvalía para cualquier equipo de Europa, visto su talento. Para un entrenador, tiene todo lo que se espera de un centrocampista ofensivo. Puede anotar goles, generar situaciones de gol, tiene enorme calidad para ejecutar tiros libres. Cualquier club lo querría, está en progreso permanente”, afirmó Zizou.
Pero para la historia de la final, Payet quedará como el hombre que lesionó en el minuto 8 a Cristiano Ronaldo y le hizo vivir este gran triunfo portugués como espectador.
Payet tiene 29 años y su explosión ha sido tardía, al contrario que la de Renato Sanches, la joven perla del futbol portugués, un nuevo Cristiano Ronaldo para muchos que tiene 18 años y que ha fichado ya por el Bayern de Múnich.
Renato Sanches fue elegido el mejor jugador del campeón Portugal en dos partidos, en octavos de final contra Croacia y en cuartos frente a Polonia. En ese último partido asombró además con el tanto del empate 1-1, que sirvió para forzar la prórroga y permitir a los suyos ganar en los penaltis. Controló con la derecha, se la colocó en el pie izquierdo y envió un misil que no pudo parar el arquero polaco Lukasz Fabianski, otra de las sorpresas.
Su edad de 18 años ha generado incluso especulaciones durante el evento por dudas mostradas por algunos respecto a su fecha de inscripción en el registro.
Dragones y Vikingos
Pero si hubo dos revelaciones que llenaron páginas y se ganaron elogios y portadas fueron Gales e Islandia.
Ninguno de los dos había disputado nunca una Eurocopa y fueron los dos debutantes con más recorrido.
Los galeses sólo habían jugado una vez un gran torneo, de rebote el Mundial de Suecia-1958, donde cayeron en cuartos de final ante el Brasil de un jovencísimo Pelé. Esta vez se superaron, llegando a semifinales y logrando un brillante triunfo 3-1 sobre Bélgica, una de las favoritas, en los cuartos de final.
“Estoy muy orgulloso de lo que hemos conseguido. Estamos evidentemente decepcionados por el resultado de esta noche, pero nos vamos a casa con la cabeza alta”, afirmó justo tras la eliminación la estrella galesa, Gareth Bale.
Aunque si un equipo se ganó el corazón de los aficionados del Viejo Continente fue Islandia, que con un plantel de jugadores desconocidos para el gran público fue capaz de empatar con Portugal (1-1) e incluso derribar a Inglaterra (2-1) en octavos de final.
Francia les arrolló en los cuartos de final (5-2), pero dejaron huella además con su grito vikingo “¡Uh!”, acompañado con palmas con las manos por encima de la cabeza, que reprodujeron los aficionados.
Draxler y los otros
En el resto de equipos, algunos jugadores también aprovecharon el torneo para eclosionar.
Es el caso del alemán Julian Draxler, del Wolfsburgo, que a sus 22 años dio muestras de su gran talento, especialmente en el duelo de octavos ganado por la Mannschaft a Eslovaquia (3-0), donde fue la estrella con un gol y una asistencia de lujo.
Ivan Perisic, con Luka Modric y Mario Mandzukic tocados físicamente, brilló con Croacia y fue la estrella en la victoria ante España, aunque la mala fortuna ante Portugal en octavos le hizo abandonar el torneo antes de lo previsto.
El belga Thomas Meunier, el polaco Arkadiusz Milik, el húngaro Laszlo Kleinheisler o el irlandés Robbie Brady también hicieron buenos partidos en el torneo estrella del futbol europeo.
El nombre de todos ellos están ya en la mente de los aficionados y en las agendas de los cazatalentos, siempre muy atentos a este tipo de competiciones.