A diferencia de los rusos, los ultras croatas no protagonizaron en Saint-Etienne enfrentamientos con la afición rival, aunque lanzaron bengalas al campo, lo que obligó al árbitro a suspender el partido durante unos minutos.
Las peleas entre ultras croatas, el lanzamiento de bengalas y otro material al campo, como un petardo que aturdió a uno de los responsables de seguridad, y su comportamiento racista, han motivado la sanción, aunque es menos dura que la impuesta a Rusia.
Entonces, la multa fue de 150 mil euros y la amenaza llegaba hasta la expulsión de la competición.
Regularán ingreso de aficionados
Con Croacia no van tan lejos, pero sí que condicionan la autorización de vender entradas a sus aficionados más radicales, que sean identificados como tales por la propia federación y las autoridades croatas.
Esas entradas ya han sido vendidas para el partido de mañana contra España, en el que se jugarán el primer puesto del grupo D.
En el caso de que vuelvan a producirse comportamientos inadecuados en la grada croata, la limitación de venta de entradas se aplicará para los siguientes duelos si Croacia se clasifica para octavos de final.
Croacia es la segunda nación sancionada por el comportamiento de sus ultras durante esta Eurocopa en la que, además, tienen abierto expediente Turquía, Hungría, Bélgica, Portugal, Rumanía y Albania.
En todos los casos, la investigación se refiere a lanzamiento de objetos al campo o la presencia de bengalas en las gradas, aunque en algunos también se añade el comportamiento racista.
Las posibles sanciones se irán conociendo en los próximos días, a medida que cada caso sea estudiado por el Comité de Disciplina, que en sus reuniones analiza los informes de los oficiales de la UEFA y las imágenes de televisión.