En esa advertencia pública, el órgano rector del fútbol europeo expresó su “disgusto por la violencia que se vio en los enfrentamientos en la ciudad de Marsella” el sábado, aunque los hechos de violencia habían comenzado dos días antes con hechos más aislados que estallaron con todo el sábado, en la previa del duelo en el estadio Velodrome.
El Comité Ejecutivo también señaló que “no dudará en imponer sanciones adicionales a la Federación Inglesa (FA) y a la Unión Rusa de Fútbol (RFU)”.
Horas antes, la Uefa señaló que había abierto un proceso disciplinario contra la Federación rusa debido a los disturbios generados por sus hinchas dentro del estadio. El tribunal de disciplina de la Uefa estudiará el caso cuando se reúna el 14 de junio.
“Condemos la violencia y llamamos a la calma de cada lado”, indicó el órgano rector del fútbol europeo en ese comunicado, precisando que propuso enviar policías suplementarios para el próximo encuentro de Inglaterra contra Gales, el jueves en Lens (norte de Francia) , en el marco de un partido calificado por las autoridades de “alto riesgo”
Marsella se recupera
Este domingo, el Vieux-Port (Puerto Viejo) de Marsella, epicentro de los disturbios protagonizados por hinchas de futbol de jueves a sábado, estaba limpio. Sólo quedaban algunos trozos de cristales en el suelo y los responsables de los restaurantes y cafés del lugar esperaban no volver a vivir la pesadilla.
“Nosotros hacía más de un mes que nos preparábamos”, afirma Henri. Con sus imponentes gafas de sol, el gerente de “La Galiote”, un restaurante situado frente al ayuntamiento de Marsella, vigilaba el domingo la instalación de su terraza para las comidas del mediodía.
Disturbios entre hinchas ingleses, rusos y franceses provocaron el sábado 35 heridos, cuatro de ellos graves, pero como por obra de un milagro todo parece estar como antes de la batalla: los cristales de los comercios del lugar están intactos. Se amontonan algunas latas y trozos de cristal en el emblemático Vieux-Port, bañado por el sol y corazón turístico de este rincón del Mediterráneo.
“Fue lo mismo que en 1998”, recuerda Henri relatando los disturbios de hoolingans durante el Mundial de Francia. Pero más allá de “pequeños grupos” radicales, el restaurador dice que todo va bien: “Hay familias de rusos o de ingleses que vinieron a comer, no sólo hay gamberros”, dijo.
Jean-Paul, que lleva el “Queen Victoria”, un establecimiento del puerto con mucha clientela anglosajona, explica que desde hace tres días no colocaba su terraza y vigila quién accede y quién no a su local: “Cuando todo estalló el sábado, nuestros clientes no vieron nada”, aseguró.
“Creo que la policía hizo un muy buen trabajo, nunca estaban lejos”, afirmó Henri. Por contra, lamenta la venta de alcohol en las tiendas del barrio.